miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 54 (y último)




David y Sebastián llegan a la casa. Dejan al pequeño en su cuarto. La habitación comunica con la de ellos. Sebastián sin camisa, sudado. David lo devora con los ojos.
--voy a darme una ducha.
--a mi me gustas así. Me pones cachondísimo –David excitado.
Se miran con cara de pervertidos. Se besan. Sebastián tira a David a la cama mientras le va sacando la camisa. Se besan largo rato. Sebastián va acariciando el trasero de David mientras le va bajando los pantalones y los bóxers. David mientras se divierte besando y acariciando el sudado torso de Sebastián. Sus axilas, sus pezones, el vientre, el ombligo. Se levanta para sacarse la ropa que ha quedado en las rodillas mientras Sebastián se va bajando los jeans. David le ayuda a sacárselos. Luego ya sí los dos desnudos, a solas con su amor se aman con palabras, se aman con caricias, se aman con su sexo. El uno llena el cuerpo del otro con el suyo propio. Se aman con intensidad, se disfrutan y se gozan. Sobretodas las cosas son muy muy felices.

David y Sebastián quedan los dos desnudos en la cama después de haberse disfrutado. Se aman y gozan sólo con sus caricias. Se miran enamorados. Los dos tienen la cabeza en la misma almohada. Juegan con sus dedos.
--desde que anotamos a David Sebastián como hijo de los dos me sentí tan casado contigo que no necesité nada más –Sebastián.
--Yo también me siento muy feliz, me siento casado contigo. No necesito un papel que me diga que eres mi marido pero si podemos casarnos ¿porqué no aprovecharnos? Además tenemos que aprovechar estos últimos meses que el inútil de nuestro Presidente esté en el poder. Rajoy siempre presume que no piensa prohibir nada pero ya se ha encargado de decir que cuando sea Presidente, que saldrá, anulará la ley que permite casarnos, que por cierto no sé qué diferencia habría en este caso en que no nos deje casarnos o que nos lo prohiba.
--bueno tampoco hace falta que me hagas una charla política –dice Sebastián divertido—pero me has convencido. Nos casamos.
David se coloca sobre el ex torero. Los dos muy amorosos.
--¿en serio te quieres casar conmigo?
Sebastián se le ríe:
--¿es que lo dudas? Te amo y quiero gritarle a todo el mundo que soy feliz, que te amo.
Se van besando.
--¿y qué has pensando para la boda? --Sebastián.
David se encoje de hombros.
--No sé por donde empezar.
Se ríen, se acarician.
--Le podríamos proponer a tu hermana que celebremos una boda doble aquí, así no se tendrá que preocupar en buscar un sitio y para nosotros será mejor.
David se muestra entusiasmado. Besa a su amado contento. Salta desnudo de la cama:
--¡voy a llamar a mi padre ahora¡
Sebastián lo contempla enamorado.

1 mes después… La finca de Sebastián y David está ya preparada para una boda doble que se celebrará al día siguiente. Los anfitriones reciben a su familia. Marc y Emilio el uno al lado del otro, separados pero mirándose de reojo. Lucas con María de la mano y Emilia con Lucas jr en brazos. David lleva en brazos a su hijo. Lucas y Emilia lo abrazan. Van saludando a los niños. Sebastián saluda a Emilio. Se abrazan. Marc se queda un poco al margen. David se acerca a su padre. Lo saluda con la mano del bebé.
--Saluda al abuelo –dice muy paternal.
Emilio acaricia al niño. Está emocionado al ver a su hijo dichoso.
--que hermoso es tu hijo –dice Emilio.
David sonríe orgulloso. Emilio abraza a su hijo. Lo ve tan feliz que le dan ganas de llorar. Lo ha visto al borde de la muerte y ahora en cambio David es el hombre más feliz del mundo y todo gracias a Sebastián.




Esa noche es noche de despedida de solteros, Lucas y Emilia (el pequeño Lucas duerme con ellos) y por su lado David y Sebastián lo celebran como más les gusta: haciendo el amor. Emilio y Marc están solos, cada uno en habitaciones continuas. Sofocados. Son los únicos en esa planta que no están teniendo sexo. La soledad no les deja dormir. Salen de la habitación los dos a la vez. Se sorprenden por la coincidencia. Ambos están en calzoncillos. Marc unos grandotes, Emilio luce unos pequeñísimos slips que lo hacen irresistible. La excitación de Marc es evidente pese al gran bóxers.
--hace calor ¿no? –dice Marc nervioso.
Emilio se le acerca y Marc se derrite.
--vamos –dice Emilio pícaro.
Marc lo desea pero se hace el duro.
--iba a la cocina –dice temblando.
--¡Venga, Marc, si tienes tantas ganas como yo¡
Marc pone mala cara. Emilio sonríe y dice:
--bueno, a lo mejor no tantas pero ¿no me digas que no quieres intentarlo?
Emilio acaricia la mano de Marc y éste ya no se resiste. A los dos el fuego los consume. Emilio se lo lleva a la cama. Se bajan el uno al otro los calzoncillos y se llenan el uno del otro. Una vez han hecho el amor, Marc se sienta en la cama. Los pies en el suelo. Busca los calzoncillos para irse pero Emilio le acaricia la espalda. Se muestra amoroso.
--No me dejes solo, quédate conmigo.
Marc no quiere irse y Emilio no quiere que se vaya. Emilio se aferra a él. Se quedan los dos tumbados, desnudos. El uno al lado del otro. Emilio lo mira enamorado.
--dime que no vas a volver a dejar dormir solo, dime que no vamos a perder más el tiempo, que vamos a escribir juntos nuestro futuro.
Marc se muestra serio. Finalmente sonríe: Emilio lo ha visto sonreír tan poco en los últimos años y le gusta como sonríe.
--está bien, vamos a intentarlo –Marc.
Emilio no necesita más. Se muestra eufórico y Marc se deja llevar. Pasan la noche juntos, abrazados pero cuando Emilio despierta, Marc ya no está a su lado y eso le inquieta.

Todos son nervios esa mañana, David y Sebastián se visten juntos. Van iguales. El uno ayuda al otro a hacerse el nudo de la corbata. Entra Lucas en la habitación, ya vestido. Todo son besos y abrazos. Los tres están nerviosos pero son felices. Se felicitan mutuamente. Emilia está vestida de novia, sin velo pero de blanco. Es feliz. Su padre está a su lado. Muy emocionado.
--gracias por convertirme en abuelo, gracias por dejarme compartir este momento contigo.
Emilia es muy cariñosa con su padre.
--Eres mi padre aunque no lleve ni una gota de tu sangre.
--Eres mi hija, no debí…
Ella le pone la mano en la boca para que no siga. Lo besa muy cariñosa. Los dos están muy emocionados. Ella le agarra del brazo, bajan los dos juntos.

Suena la marcha nupcial. En el jardín están todos los invitados. Un caminito entre las sillas lleva al altar. Ahí los espera el juez. Marc está con unos nerviosos Sebastián y Lucas. Los dos bebés están en primera fila en brazos de empleadas. Emilia llega del brazo de su padre, y David de la mano de la pequeña María. Hay miradas de amor, de complicidad para todos. Emilio mira enamorado a Marc y éste le guiña el ojo. Lucas recibe a Emilia, se susurran palabras de amor. Ella lleva un vestido sencillo, blanco, corto. Un ramo de rosas blancas. Lucas lleva traje blanco sin corbata. David y Sebastián se agarran de la mano. Se miran con amor, con pasión. Se hacen guiños de ojos. Emilio se coloca detrás de los novios, al lado de Marc. Las dos parejas de novios ante el juez se miran con amor, escuchan las preguntas, las asienten. Intercambios de miradas, de amor. Anillos, promesas. Marc y Emilio detrás juegan con sus miradas. Se acarician la mano.
--te amo –le susurra Emilio.
Marc no lo piensa, lo siente.
--Yo también te amo.
Emilio se tira a sus brazos, se siente de nuevo con 20 años, Marc le sonríe contento. Los novios están atentos al juez y no prestan atención a lo que pase detrás. La ceremonia es breve. Luego que los cónyuges manifestaran su intención de contraer matrimonio, hacer un simbólico intercambio de anillos se produce la firma de las actas. Lucas y Emilia son los primeros en besarse. Es su primer beso como marido y mujer y corren a celebrar la unión con junior y María. David y Sebastián se miran frente a frente agarrados de las manos.
--Mi marido, eres mi marido ¡soy tu marido¡ --David emocionado.
--bueno, tampoco va a cambiar nuestra vida por esto ¿no? –Sebastián cariñoso.
Se sonríen y se besan ardientemente. Están dichosos y piensan en que como el futuro sea como mínimo una cuarta parte de lo que han sido felices hasta el momento les espera una vida llena de dicha. El pequeño David Sebastián llora y sus padres se acercan a él. David lo agarra entre sus brazos y Sebastián los acaricia a los dos amorosamente. El bebé calla y el matrimonio se mira con mucho amor.
--¿te acuerdas de primer día que nos vimos? –Sebastián.
Los dos se ríen.
--¿a qué viene eso ahora?
--quien nos lo hubiera dicho que acabaríamos así ¿verdad?
David asiente. Se hablan, se miran con mucha dulzura. David piensa en todo lo que se masturbó pensando en los genitales del ex torero. Nunca pensó que acabaría convertido en padre de su hijo y amándolo como lo ama. Sebastián abraza a esas dos personas que son lo más importante de su vida, David y su pequeño.
--te amo –Sebastián.
David apenas puede hablar. Es tan feliz como esposo, como padre que a veces le duele.
--te amo –murmura entre lágrimas.
Se sonríen y sellan su felicidad con un intenso beso de amor mientras el pequeño David Sebastián se encuentra en medio de sus dos papás, acunado por los paternales brazos de David y siendo acariciado por las amorosas manos de Sebastián.
FIN.

Capitulo 53




Sebastián le seca las lágrimas a David. Le habla desde el corazón.
--yo te amo pero no tengo manera de demostrarte que digo la verdad, es jugarte o no. Marisol está muerta y yo quiero que ese bebé sea hijo de los dos, David Sebastián ¿qué te parece?
David está muy alterado:
--¡largo de aquí¡
Sebastián lo ve tan agitado que no se atreve a insistir, decide irse. Espera que Emilio pueda convencer a su hijo. El ex torero sale de la habitación triste, llora. Le hubiera gustado que David confiara en él, que todo fuera más fácil. Han perdido ya tanto tiempo… De pronto David sale corriendo de la habitación, lo abraza por la espalda con desesperación.
--¡sí, sí¡
Sebastián se gira, se abrazan y se besan entre lágrimas. Ambos están muy emocionados.
--¡te amo,te amo¡ Ser papá de un hijo tuyo será maravilloso.
Sebastián acaricia las manos de su amado, se muestra dulce.
--¿estás seguro?
David ama a ese hombre, ahora ya nadie los separa y además tienen un hijo.
--En realidad la bruja esa nos ha hecho un favor. Me encanta la idea de ser papá –David.
Se besan con pasión, se acarician, se besan, lloran. No se cansan de acariciarse, de besarse, de decirse lo mucho que se aman. Emilio de lejos está feliz al ver a su hijo totalmente dichoso y con muchas más ganas de vivir que nunca.

Semanas después… Sebastián y David viven en una bonita finca al sur del país rodeado de ganado. Sebastián está con los animales. Va a caballo. No lleva camisa. La propiedad es enorme. Ve que se acerca a ellos un jeep. Lo maneja uno de los empleados. En él están David que lleva al pequeño David Sebastián en brazos. David es un hombre dichoso. Es feliz al lado del hombre de sus sueños y es feliz como papá. El pequeño David Sebastián es como un milagro, un regalo que les ha caído del cielo. David es muy paternal con el bebé. Sebastián galopa hacia ellos. David es feliz con Sebastián. Gracias al periodo de crisis que vive el país, Marisol no logró vender la finca. Eso ha hecho que Sebastián pueda recuperarla y sacarla adelante gracias al dinero que David heredó de su mamá. A ambos les encanta ese lugar, es su paraíso. Un lugar en donde amarse y criar a su hijo es su única obligación. Además Sebastián pues no deja de lado su pasión por los toros sin tener que estar en los ruedos. David no quiere estar en otro lugar que no sea los brazos de su amado pero prefiere mantenerse lejos del ganado, no suele alejarse de la casa. Sebastián lo sabe así que el ex torero supone que algo importante le tendrá que decir. Se acerca al coche. David mueve la mano de su hijo:
--Mira es papi, saluda a tu papi uno –va diciendo muy paternal.
El jeep se para al lado de Sebastián que baja del caballo. Sebastián se acerca al coche y abre el auto.
--¿qué dice el papi más sexy? –le dice Sebastián a David muy seductor.
David le guiña el ojo. Sebastián se hace cargo del bebé para que David pueda bajar del auto.
--ven, campeón. Ven con papi uno que papi dos debe tener algo importante que decirme –le dice Sebastián muy paternal a su hijo mientras lo toma en brazos.
El ex torero sudado y con el torso desnudo es una imagen muy erótica, explosiva. Con el pequeño en brazos además resulta tierno. David y Sebastián se miran con mucho amor. Están muy enamorados y son muy felices. Se saludan con un apasionado beso.
--Me ha llamado mi padre, ya ha nacido Lucas junior. Están todos como locos, ahora sí dicen Emilia y Lucas que se quieren casar ya.
Sebastián va escuchando con atención, siempre con una sonrisa. David sigue hablando.
--Aunque mi padre quería una gran boda pues ellos se quieren casar en menos de un mes y bueno ya sabes que mi padre está deseando que llegue esa boda para llevarse a Marc a la cama.
Se hace un silencio. David espera que Sebastián diga algo pero el ex torero sólo sonríe así que David dice:
--¿y nosotros?
Sebastián sonríe cariñoso pero se hace el que no se entera.
--¿nosotros que cosa?
--Es que ya hace mucho que me pediste matrimonio y me prometiste que nos casaríamos cuando arregláramos tu situación legal y bueno, eso ya está.
David habla con cierta timidez, no quiere que su amado se sienta presionado. Sebastián le sonríe risueño:
--¿me estás proponiendo matrimonio?
--¿quieres? –David algo tímido.
--sí y ¿tú?
David suspira enamorado.
--¡sí¡ sabes que tú eres mi vida, que tú y tu hijo sois lo mejor que me ha pasado.
Sebastián le sonríe amoroso:
--Yo no tengo ningún hijo, en todo caso es NUESTRO hijo.
Entonces Sebastián pone al pequeño en brazos de David:
--Ve, ve con papi dos.
Mira a David, mira al pequeño:
--Eres un suertudo… tienes dos papás.
David sonríe mientras sostiene entre sus brazos a su hijo muy amorosamente. David besa al pequeño y mira al ex torero.
--sabes que lo siento como si fuera nuestro –Sebastián lo iba a corregir pero es David el que corrige—es nuestro y no sólo porque eso ponga en su acta de nacimiento sino porque yo lo siento así.
Se miran, se acarician amorosamente.
--Gracias por hacerme tan feliz –Sebastián.
--¡qué dices¡ Gracias a ti. Te amo.
Se besan, se abrazan. El que manejaba el auto se hace cargo del caballo de Sebastián para que el ex torero vaya con David en el jeep. Sebastián es el que maneja. David a su lado con el bebé en brazos. Mira a Sebastián y suspira enamorado. Sebastián no lo mira pero sonríe. La felicidad está patente en la mirada de ambos, en su manera de respirar, en su sonrisa.



En otra parte del país, Emilia es una mamá feliz pero cansada. Lucas llega con María. Actúa como papá de la pequeña. A la joven le hace ilusión ver lo bien que se llevan su hija y su amado. María sube a la cama. Tiene ganas de conocer a su hermanito pero el pequeño no está con mamá.
--ahora vamos –le dice Lucas.
El chico la besa a Emilia. Se muestra muy cariñoso.
--¿y cómo está la mamá más hermosa?
--feliz.
Los dos están radiantes. Es el mejor día de sus vidas.
--Gracias por este maravilloso regalo que me has dado –susurra él enamorado.
Ella habla con lágrimas en los ojos. Jamás pensó que fuera a vivir una situación así, que se pudiera ser tan feliz.
--Gracias a ti. Tu amor es una bendición. Es un sueño tenerte a mi lado.
Él le acaricia las lágrimas con los dedos. Es muy amoroso.
--te amo.
Ella lo ama tanto, pero aún se le hace extraño que todo sea real.
--Es que no lo puedo creer.
Lucas está pendiente de María, que no caiga de la cama y es muy dulce con Emilia. No deja de acariciarla. Emilia no puede dejar de llorar pero son lágrimas de felicidad. Él se siente mal por todas las humillaciones a las que sometió a esa mujer que lo ha convertido en padre.
--perdón, sé que…
Ella no lo deja seguir. Lo besa. Se besan ante la atenta mirada de María que ríe divertida.

Marc, en ese mismo instante, está frente a la cunita del pequeño Lucas. Está muy emocionado. Tiene sus manos en los cristales que separa la habitación de los bebés del pasillo. Emilio se acerca sigilosamente, también muy emocionado. Se pone a su lado, le agarra la mano:
--es nuestro nieto.
Marc se muestra incómodo. Se aparta de él.
--perdón por dejar mi trabajo, ahora vuelvo a la casa.
Emilio le sujeta con fuerza la mano para que no se vaya.
--No te comportes como un empleado más.
--Es lo que soy.
--Sabes que no, que no te veo como un empleado que yo…
Marc no lo deja seguir y una vez más lo rechaza. La vida se empeña en que pasen cosas que los unan como el nacimiento de ese nuevo ser pero Marc sigue empeñado en alejarse de Emilio. Emilio se desespera.
--¡vamos ya, Marc¡ ¿hasta cuando me vas a castigar? Yo sé que ti sientes cosas por mi. Sé que actué mal pero no fue para hacerte daño.
--¡es que sólo piensas en ti¡ --le reclama Marc.
Emilio le suplica, está angustiado. No quiere vivir sin él.
--¡pues ayúdame a cambiar, dame una oportunidad. ¿No crees que ya hemos perdido suficiente tiempo?
Marc no le contesta. Se quiere ir pero Emilio, que le tiene agarrado del brazo, se le tira encima. Lo besa. En un primer momento Marc lo rechaza pero luego acaban fundiéndose en un cálido beso de amor. Marc se aparta de Emilio y se va sin decir nada. Emilio se acaricia los labios. Está contento. No lo quiere presionar pero está feliz porque está seguro que Marc sigue enamorado de él y eso lo está ablandando.
--si no antes, este en la boda de los chicos cae. De mi cuenta corre… espera que sea boda sea ya.


Capitulo 52



Lucas y Emilia están en la consulta de la ginecóloga. En la ecografía que le hacen a la feliz futura madre se ve claramente que el bebé que espera es un varón. También sabe que está totalmente sano. Ella está emociónada.
--Lucas, me gustaría que se llamara Lucas.
Luego lo mira a él temiendo que a él le parezca mal, que crea que así se salta el acuerdo que tienen. Lucas no puede evitar llorar. Es su hijo el que está en la pantalla. Besa a Emilia y con un hilo de voz por la emoción dice:
--sí, me gustaría.
Se besan entre lágrimas. A él le sale del alma:
--¿te quieres casar conmigo?
Emilia no da crédito a lo que oye. Jamás pensó que Lucas le haría una propuesta así.
--¿estás seguro? Creí que no querías que nadie lo supiera. Si te presioné por lo del nombre, no lo pensé. No te pido nada.
Lucas está muy feliz, es muy cariñoso con ella.
--perdóname por haberte dejado sola con la bronca de tu padre, te dijo de todo y yo me callé. Tú pudiste dejarme en evidencia, contar lo de la inseminacion y callaste.
--No tengo nada que perdonarte.
La pareja sale de la consulta muy contenta, abrazándose, haciéndose arrumacos, besándose. Lucas está deseando gritarle al mundo que va a ser papá y que es el hombre más feliz del planeta. Emilia quiere calmarlo, no quiere que se precipite y que luego se arrepienta de haber hecho oficial esa relación tan extraña que los ha unido desde que se conocieron. A Lucas sólo le preocupa una cosa:
--¿es que no me amas?
Ella se le ríe:
--es broma ¿no?
--¿te avergüenzas de mi?
Emilia responde incrédula pero con cariño:
--Eres mi vida, lo daría todo por ti. Moriría por ti.
Lucas la abraza con fuerza y por primera vez dice, y gritando:
--¡te amo, que lo sepa todo el mundo¡ ¡te amo y voy a ser papá¡
Lucas no puede ni quiere callarse. Entra en la casa gritando que va a ser papá y que él y Emilia se van a casar. Marc y Emilio están trabajando en el despacho. Se nota la tensión entre ellos, Marc no quiere ser más que un empleado por mucho que Emilio desee llevárselo a la cama. Salen juntos tras al escuchar los gritos de Lucas. Marc no toma bien la noticia que el hijo de su sobrino va a ser el nieto de Emilio. Va a protestar pero Emilio no se lo permite. Es la primera vez que sonríe tras la muerte de su hijo, también la primera vez (desde esa fecha) que se acerca a su hija, que la abraza.
--¡hay que poner fecha a la boda ya¡
Emilio está muy ansioso. Esa boda, ese bebé es una unión para siempre con Marc y eso le hace mucha ilusión. María se acerca con curiosidad.
--Ven aquí, hija –le dice Emilia amorosamente.
Emilia pone la mano de su pequeña en su vientre para que acaricie a su hermanito. Lucas las abraza a las dos. Se muestra muy cariñoso con ambas. Marc se mantiene al margen. Emilio le guiña el ojo, Marc se siente muy incómodo. Una empleada se acerca y le dice a su patrón:
--alguien lo quiere ver, es un mendigo pero ha insistido en verlo.
--¿un mendigo? Querrá comida, atiéndalo usted –dice Emilio sin interés.
--en realidad preguntaba por el niño David, ha tocado por la puerta principal pero los guardias no le han dejado entrar y yo lo he hecho pasar por la cocina. Dice que es muy importante que hable con usted.
Intrigado, Emilio se acerca a la cocina. Mal aseado, sin afeitar. Emilio no reconoce a Sebastián. El ex torero está muy nervioso.
--se acuerda de mi, don Emilio? Soy Sebastián, el que fuera novio de su hijo David. Estuve en su casa cuando se quiso suicidar.
Emilio se impresiona al descubrir que su hijo tenía razón.
--pero ¿no estabas muerto?
--David debe estar muy preocupado porque desaparecí justo el día que nos volvimos a ver. Nos íbamos a ir de viaje. ¿él no le dijo nada?
Emilio se lleva las manos a la cabeza. Se siente un miserable por haber encerrado a su hijo sin motivo.
--¿ocurre algo? –Sebastián.
Emilio es muy cariñoso con el torero.
--ven, pasa. No quiero que mi hijo te vea así.
Emilio lo acompaña a su cuarto. Sebastián se desnuda mientras Emilio le busca ropa limpia. El torero se afeita y se ducha. Emilio a su lado. Aún no puede creer que el hombre por el que ha llorado su hijo esté vivo. Sebastián le habla de su cautiverio en México, luego de su secuestro, de ese hijo impuesto. Si no fuera porque lo ha visto en ese estado, Emilio no se creería nada de esa historia. Sebastián sale de la ducha totalmente desnudo. Se le ve preocupado.
--¿cree que David me va a creer?¿que entenderá lo de mi hijo?
Emilio le pone la mano en los hombros, es muy paternal con él:
--Mi hijo ha vivido un infierno. Te ama demasiado como para dejarte ir.
Sebastián está muy ansioso, tiene ganas de ver a David, que la pesadilla acabe para los dos. Le reconforta saber que Emilio cree en él.
--Yo voy a averiguar bien donde está tu hijo, lo importante es que le hagan un adn para estar seguros que es tuyo.
A Sebastián le gustaría estar equivocado pero no lo cree.
--No se imagina la impotencia que sentí cuando no pude impedir que me sacaran –le da vergüenza decirlo y recordarlo—ya sabe.
La cara de Sebastián no deja lugar a dudas. A Emilio se le eriza la piel sólo de pensarlo. El ex torero sigue desnudo. Emilio lo abraza, lo besa en la mejilla muy paternalmente.
--Mi hijo te entenderá y sino yo mismo hablaré con él. Te ayudaré, no permitiré que mi hijo comenta un error.
El desnudo Sebastián se funde en sus brazos. Llora. Emilio no deja de acariciarlo.
--ya cálmate, quiero que estés bien cuando mi hijo te vea.
Se acercan a la cama en donde Emilio le ha preparado la ropa. Sebastián agarra los bóxers, está delante de Emilio.
--hablaré con mi abogado para ver que trámites tenemos que seguir para arreglar tu situación legal y a ver cómo están tus bienes.
Sebastián se lo agradece. Han ido hablando de David. A Sebastián le impresiona saber que se la ha pasado encerrado, hablan también de Fer.
--No puedo creer que a Fer lo mataran porque intentó ayudarme.
--David entró en shock, ninguno creíamos en él cuando aseguraba que estabas vivo.
--Me gustaría hablar con los padres de Fer ni que sea para agradecerles lo que quiso hacer su hijo.
--Sí, les gustará saber que la muerte de su hijo fue un acto de generosidad.
Sebastián se ha ido vistiendo. Se abrocha los pantalones, siente que el corazón se le va a salir por la garganta. Está feliz con la idea de volver a ver a David, de arreglar las cosas con él.


David pasa las horas encerrado en la habitación de la clínica. Le dicen que su padre quiere verlo.
--¡que se largue¡ ¡¡no quiero ver a nadie¡
--¿ni siquiera a mi? –le pregunta Sebastián, que está detrás de la enfermera, dulcemente.
A David se le ilumina la cara.
--¡viniste, por fin¡
David salta de la cama. El uno corre hacia los brazos del otro. Se abrazan con tantas ganas que parece que vayan a arrancarse la piel. Se tocan, lloran, quieren estar seguros que al fin están juntos.
--¡no sabes el tiempo que llevo esperándote¡ --David.
Se acarician, se besan entre lágrimas.
--tengo que contarte algo, sé que no te va a gustar.
Sebastián está serio. David se abraza a él con una sonrisa.
--No me importa nada, sólo que estamos juntos.
David no hace preguntas, no quiere respuestas. Sólo piensa en que están de nuevo juntos. Los dejan solos. Sebastián agarra de las manos a David, se sientan en la cama.
--tenemos que hablar.
Pero David no quiere hablar, sólo quiere besarlo, salir de ahí, alejarse del mundo y vivir sólo para amar a Sebastián y ser amado por él.
--tenemos que hablar, es importante.
Pero David tiene muchas ganas de salir, de ser libre y de estar con Sebastián. No tiene ganas de hablar pero Sebastián quiere contarle todo lo que ha vivido en los últimos meses y cómo no logra que David se quede quieto, que lo escuche, le suelta:
--tengo un hijo.
David se queda en shock. Está pálido, no es capaz de decir nada. Sebastián es muy amoroso con él. Lo abraza.
--ven, vamos a hablar.
David está temblando. Sebastián hace que se siente de nuevo en la cama.
--escúchame bien.
David escucha porque no puede hablar de la impresión. David se queda con la boca abierta mientras Sebastián le cuenta todo lo que ha vivido con Marisol y como ha llegado a convertirse en padre aunque ni siquiera está seguro de eso. David se levanta de la cama, reacciona con violencia.
--¿¿crees que voy a creer esta historia?
Sebastián le pone las manos en las mejillas. Es muy dulce con él.
--si me amas, tienes que creer en mi.
David llora.
--¿¿porqué me has hecho esto?¡¿cómo has tenido un hijo con esa loca que tanto daño nos ha hecho?¡ ¡Esa loca nos arruinó la vida y tú le das un hijo¡ ¡¡Eres un miserable¡
Sebastián sufre, no le gusta ver llorar a David. Le duele causarle ese dolor.



Capitulo 51



David lleva más de tres horas esperando a Sebastián. A David lo único que se le ocurre es llamar al hotel pero Sebastián ha cancelado la habitación y no saben nada de él. Va mirando el reloj, el tiempo pasa y Sebastián no aparece. David va de un lado a otro. Sale, entra. Está muy nervioso pero está seguro que Sebastián va a llegar y no piensa moverse. Emilio llega a la estación, se acerca a su hijo. Lo mira con compasión. David se sorprende al ver llegar a su padre. El hombre lo agarra del brazo.
--ven, vamos a casa.
David se muestra alterado.
--¡no, no ¡Yo estoy esperando a mi novio¡
--No va a venir –dice Emilio con pena.
David da un pequeño empujón a su padre. Da patadas a su bolso.
--¡Va a venir¡ ¡¡hemos quedado aquí¡
Emilio trata de calmarlo pero David está muy alterado lo que preocupa a su padre.
--tengo que contarte algo pero prefiero que sea en casa. Confía en mí.
El tono del hombre es compasivo. David ha vivido un infierno y ahora que había vuelto a nacer, que se sentía feliz no entiende nada. No entiende porqué Sebastián lo ha dejado plantado.
--¡yo no pienso irme a ningún sitio, yo me voy de vacaciones¡
Emilio piensa que todos los nervios de su hijo son por Fer y le angustia mucho la noticia que le tiene que dar. Pone su mano en el hombro de su hijo al que mira con mucha compasión:
--es que no sé como contarte esto, justo ahora que estabas rehaciendo tu vida ¡no es justo¡
David se muestra muy agresivo.
--¡suéltame, ya dejame en paz¡
Emilio cree que lo que ha pasado con Fer va a ser una nueva tragedia en la vida de su hijo, le hubiera gustado poder hablar con su hijo tranquilamente pero ya que David no entra en razón pues se ve obligado a soltarle de golpe.
--Fer ha muerto.
David cada vez está más alterado, no entiende nada de lo que está pasando.
--¿¿cómo que está muerto?
--Lo han asesinado delante de su casa. La policía supone que ha sido un atraco.
Emilio abraza a su hijo suponiendo la impresión que está noticia debe haber supuesto para él.
--Me duele tanto que tengas que pasar dos veces por el mismo dolor. No entiendo porque pasan estas cosas.
David está demasiado alterado por el plantón de Sebastián, porque no sabe de él. Lo que menos le preocupa es lo que le haya pasado a Fer. Y Emilio sigue convencido que David está en shock porque sufre por Fer. David ha perdido totalmente los nervios.
--¡no, no me voy¡ ¡¡yo estoy esperando a Sebastián¡
--hijo, no digas tonterías. Entiendo tu dolor pero ahora Sebastián no tiene nada que ver. Sebastián es tu pasado, ahora es Fer al que has perdido. Sebastián está muerto y ahora tu novio Fer también. Es duro pero debes aceptarlo.
David está enloquecido.
--¡Sebastián está vivo¡ ¡¡su ex lo secuestró pero él se escapó¡ ¡¡nos vamos a casar¡
Emilio llora por David. Cree que su hijo ha perdido la razón. El que el chico grite fuera de sí hace imposible que alguien crea en él. David huye. Emilio corre tras él. Mientras lo persigue, Emilio llama al psiquiatra de su hijo por el móvil. El doctor considera que ya ha llegado el momento de internar a David. David entra en el hotel, quiere que confirmen que él ha estado con Sebastián pero a nadie le consta. Sólo existe la ficha con la identidad falsa del ex torero. David da patadas, su padre no logra calmarlo. David muestra las fotos del torero que lleva en su móvil.
--¡Sebastián es guapísimo, no es posible que nadie se haya fijado en él¡
David da patadas, grita. Los del hotel llaman a la policía. Emilio pide ayuda al doctor que le dice que manda una ambulancia. David está totalmente enloquecido. Le duele que nadie crea en él, que lo miren con compasión porque Emilio les cuenta que está así porque han matado a un amigo suyo con el que estaba comenzando una relación. David grita la verdad, una verdad que parece absurda y todos toman por delirios. Llega la ambulancia. Cuesta controlar a David. A la fuerza le ponen un calmante. Se lo llevan en camilla. Emilio llora desolado por esta nueva tragedia en la vida de su hijo.



Mientras, Sebastián está atado de pies y manos a una cama. Está desnudo. El ex torero trata de forcejear pero está totalmente inmovilizado. Aparece Marisol.
--¿¿porqué tuviste que dejar la medicación? –le reclama ella-- ¡¡Era por tu bien¡
Él la mira con mucho desprecio.
--¡Estás loca¡¿¿qué pretendes?¡
--tú y yo vamos a tener un hijo –dice excitada y quedándose desnuda.
Sebastián la mira desafiante:
--¡a ver si puedes¡
Por más que Marisol se frota en él, se la chupa, lo acaricia, lo golpea aquello sigue muy pequeño. En los días siguientes, Marisol sigue tratando de violar a su ex novio que pese a la situación la desafía y sonríe victorioso:
--¿¿Cuándo te vas a convencer que no vamos a volver a estar juntos?¡
--¡tú y yo vamos a tener un hijo¡ --grita ella.
--¡NUNCA¡
Pese a su secuestro, a estar desnudo y atado a una cama, Sebastián sonríe porque Marisol no podrá salirse con la suya. Está seguro que la mujer entrará en razón y lo dejará libre. Sino está seguro que David está moviendo cielo y tierra para encontrarlo y lo rescatará. David no puede hacer nada ni por Sebastián ni por él mismo. Está internado en una clínica psiquiátrica. Lo tienen siempre drogado porque cada vez que despierta se muestra agresivo, amenazante y asegura que Sebastián sigue vivo.

Sebastián sonríe desafiante cada vez que Marisol se acerca a él. Está desnudo y humillado pero pensar en David lo hace fuerte. Marisol llega con su amante el doctor bien equipado. Eso hace que al ex torero se le borre la sonrisa del rostro.
--¿¿qué van a hacerme?
Ella se ríe.
--¡te dije que íbamos a tener un hijo¡
A Sebastián le asusta el equipo médico, como el doctor le agarra el pene dispuesto a sacarle esperma de una manera artificial. Sebastián trata de soltarse pero está atado de pies y manos. Trata en vano en defender su honor, su dignidad. Está muy alterado.
--¡no, no pueden hacerme esto¡
Marisol está en la cabecera de la cama acariciando los cabellos del atormentado ex torero mientras el doctor se dispone a la extracción.
--Pudiste hacer las cosas bien, así que ahora no te quejes.
Sebastián llora de rabia, de impotencia, de desesperación al ver y sentir como una parte de su esperma es sacado de su cuerpo a la fuerza. Llora, suplica.
--¡no me hagas esto¡ ¡no me puedes obligar a tener un hijo tuyo, ¿¿qué pretendes?¡
--tú me prometiste un hijo y las promesas se cumplen.
Marisol lo besa en los labios pero Sebastián le muerde los labios. Ella lo golpea.
--¡vamos a ser padres y eso nos unirá para siempre¡ ¡a ver que cara pone tu David cuando conozca a nuestro hijo¡
Marisol se va riendo con el doctor y las muestras de semen. Sebastián grita, se retuerce de dolor. Está desesperado.

8 meses después…
Marisol está ya en el último trimestre de su embarazo. Con ella su doctor y cómplice. El anciano está enojado porque desde que quedó embarazada no tienen sexo y se está arrepintiendo de todo lo que le están haciendo a Sebastián, de todos esos meses de secuestro. Marisol se enoja al ver que su cómplice se está poniendo en su contra. Discuten, ella es muy violenta. El doctor, que es el que maneja, pierde el control de auto y acaban chocando contra un camión que se les pone en frente.

Sebastián está encerrado en una habitación. Vestido pero atado a una cama. Así ha pasado los últimos meses de su vida. Se la pasa pensando en David, acariciando cada uno de los momentos de amor que han compartido. Al ver crecer la barriga de su ex es consciente del tiempo que pasa pero vive con la ilusión de que David no tardará en encontrarlo. No imagina que David está encerrado en una clínica mental. No avanza. Se la pasa medicado porque se niega a decir que Sebastián está muerto y que tuvo una crisis motivado por el asesinato de Fer con quien de nuevo estaba de novio. Eso hace que todos crean que está loco. David sólo espera el momento en que Sebastián vuelva a su vida y aclare todo y lo rescate de las sombras.
Sebastián está encerrado bajo llave. Oye que abren, supone que es un encapuchado para traerle comida. Sebastián no ha visto la cara a los otros cómplices de Marisol. Este hombre es el que le dice tanto Marisol como el doctor han muerto y que es un hombre libre a cambio que no los denuncie. No le quitan las ataduras hasta que está en la calle. Los enmascarados huyen, Sebastián se queda aturdido, perdido. La luz del sol lo lastima.

Capitulo 50




David sufre un fuerte shock al encontrarse cara a cara con su gran amor muerto por el que ha llorado durante más de dos años. Por un momento cree que es producto de su imaginación. Se frota bien los ojos.
--No puede ser, no puede ser –balbucea nervioso.
Fer lo tiene agarrado del brazo:
--Me lo encontré por casualidad y también me quedé pálido pero está vivo ¡¡tu novio está vivo¡
A Fer le duele mucho el saber que su historia con David ha finalizado definitivamente y para siempre pero almenos se queda tranquilo porque ha hecho lo que debía y porque sabe que al fin David dejará de llorar y será feliz de nuevo con el hombre que más ha amado en su vida. Sebastián se acerca sonriendo. Sabe que David lo ama, que ha llorado, que ha sufrido por él. Sebastián lo tiene delante, su corazón late al fin lleno de vida. El amor que siente hacia David y que no recordaba es lo que le hacía sentir vacío pero ahora que de nuevo están juntos se siente lleno. Sebastián y David están a unos centímetros el uno del otro. Sebastián suspira enamorado. David no se atreve a tocarlo tiene miedo que se desvanezca. Llora.
--No, esto no puede ser.
Está aturdido. No sale de la impresión. David se ha sentido muerto en vida, se ha sentido amputado. Los dos últimos años de su vida es como si nunca hubieran existido porque su vida se paró el mismo día que creyó que se le había parado el corazón a su amado. No entiende nada.
--soy yo, cariño. Estoy vivo –le dice Sebastián con mucha dulzura.
Escuchar la voz del ex torero causan un gran impacto en David.
--¡¡no, no puede ser¡ ¡¡no puede ser¡ --sigue repitiendo.
El chico está muy alterado, muy impresionado. Lo ha pasado muy mal, nunca pensó que se pudiera sufrir de esa manera y ahora ese hombre por el que ha llorado está frente a él como si no hubiera pasado nada. Sebastián le pone las dos manos en las mejillas para que lo sienta, para que se dé cuenta que es real. Lo trata con mucho cariño.
--Mi amor, soy yo. Mi muerte fue una confusión.
Fer se da cuenta que su presencia ya no es necesaria y abandona el lugar con lágrimas en los ojos. Se va triste pero a la vez contento porque sabe que David estará bien. Ni David ni Sebastián se percatan de que Fer se ha ido ya que están muy ensimismados el uno con el otro. David agarra las manos de su amor convenciéndose al fin que es real. Besa sus manos.
--¡Estás vivo¡
--Sí, estoy vivo –dice Sebastián con una sonrisa.
David pone sus manos en las mejillas del ex torero. No puede creer que Sebastián esté junto a él.
--¿¿cómo es posible?¿dónde has estado durante todo este tiempo?
Sebastián acaricia con ternura a David.
--es una larga historia.
David lo abraza. Ambos se funden en un cálido abrazo.
--¡te lloré tanto¡
--lo sé y lo siento, yo tampoco lo he pasado bien.
Sebastián acaricia las lágrimas que deslizan por las mejillas de David.
--No quiero que llores.
David sonríe y acaricia las lágrimas que deslizan también por el rostro del guapísimo ex torero.
--tú tampoco.
Se besan, se besan entre lágrimas. Se besan con desesperación. Se aman y están juntos, ya no les importa nada más.
--¡te amo, te amo¡ --David.
--Yo también te amo. Me borraron los recuerdos. Me sentía vació, sabía que me faltaba algo y eras tú, eras tú.
--Yo estaba muerto sin ti, no podía vivir. No quería vivir si no estabas tú.
Se besan, se abrazan, se acarician. Están los dos juntos. Tienen tanto que aclarar pero están juntos y eso es lo único que cuenta para ellos. No se cansan de besarse, de abrazarse. Se miran con mucho cariño, con mucho amor.
--no entras ¿verdad? –pregunta Sebastián señalando el edificio en el que iba a entrar.
--No, ya no lo necesito. Me voy contigo. Ya no me pienso separar de ti.
Y se sonríen y se besan y se abrazan. Están felices. Se pierden entre las calles camino del hotel en donde ha pasado la noche Sebastián. No dejan de hacerse arrumacos, de demostrarse el amor que se tienen. Ese amor que permanece intacto desde ese día en el que el destino y la maldad de Marisol los separó. Ahora están de nuevo juntos, dispuestos a recuperar el tiempo perdido. Entre besos y palabras de amor, Sebastián le va hablando de su cautiverio, de cómo Marisol lo quiso anular.
--Yo sentía que algo iba mal, se me levantaba pero cuando estaba ella todo se venía abajo –dice mirándose pícaros y enamorados—Yo creía que era mi esposa pero no podía estar con ella. No podía ser de ella. Sólo tenía claro que había alguien en mi vida llamado David al que quise mucho.
--¿en serio? –David emocionado.
Sebastián hace que sí con la cabeza. Es un momento emotivo para ambos.
--Esa loca me dijo que era nuestro hijo, que murió, que…
David no lo deja seguir. Lo calla con un beso. Se han parado en mitad de la calle. David le pone a su amado la mano en la mejilla.
--ya no pienses en esa loca, ahora nunca más nos volverán a separar, nunca más nadie nos hará daño.


Y siguen caminando mientras se besan y se abrazan. Van entrando al hotel.
--y a todo esto¿qué hacías con Fer?
Sebastián sabe que Fer lo ha pasado muy mal y le da vergüenza haber dudado de él pero no le quiere mentir. A David le duele que saber que Sebastián haya desconfiado de él, que había estado cerca de él y no le había dicho nada. Se lo reprocha.
--¿te ibas a ir sin decirme nada??sin importarte mi dolor? ¡¡yo me quería morir¡
A Sebastián le duelen las lágrimas de su amado. Lo acaricia, le habla con mucho afecto.
--Ahora no te enfades conmigo. David, yo creía que eras feliz sin mi y lo entendí. No quería hacerte daño.
David se aparta de él dolido.
--Feliz sin ti?
Lo mira y le reprocha dolido:
--¡tú eres mi vida y lo sabías, sin tu no puedo vivir¡ ¡no te imaginas la de veces que quise morir¡¡¡me metieron una cámara en mi cuarto, no me dejaban encerrarme, tenía rejas ¡¡si no me habría matado¡
David llora angustiado. Sebastián acaricia y besa las lágrimas del chico. Es muy amoroso con él.
--Yo no quiero que llores por mi, nunca más.
David lo abraza llorando.
--¡pues dime que me amas¡
Sebastián le sonríe, lo acaricia muy cariñoso.
--¿otra vez?
David hace que sí con la cabeza. Mira al ex torero lloroso e inseguro. Sebastián mira a David fijamente. Le pone una vez más las manos en las mejillas:
--te amo, te amo.
David sigue llorando.
--¿y ahora porque lloras? –Sebastián sonriendo tierno y cariñoso.
--lloro de felicidad.
Se besan entre lágrimas mientras se desnudan y caen en la cama. Se saborean, se aman.
--un sueño, tiene que ser un sueño –jadea David..
--es un sueño pero del que jamás despertaremos –jadea Sebastián.
Se funden el uno en brazos del otro. Se aman con intensidad. Están ya desentrenados ambos y lo disfrutan dulcemente. Se quedan abrazados y desnudos el uno al lado del otro. Están felices. David no quiere dormir porque tiene miedo a despertar y descubrir que todo ha sido producto de su imaginación. Están los dos de lado. Con la cabeza en la misma almohada, mirándose. Se agarran de las manos. Sus cuerpos totalmente desnudos. Sebastián quiere convencer a David que es real, que están juntos y que no volverán a separarse.
--¿te quieres casar conmigo?
--¿hablas en serio? –David conmocionado.
Sebastián le besa la mano:
--Nunca he hablado tan en serio. No sé cuando podrá ser porque estoy muerto y…
David no quiere escuchar problemas, quiere disfrutar. Lo interrumpe para decir un eufórico:
--¡sí¡
Y se le tira encima. Se besan, ríen. Son felices. El móvil de David no ha dejado de sonar pero lo han ignorado porque están en su mundo.
--debe ser mi padre, seguramente ya debe saber que no fui a terapia y estará preocupado. Verás cuando sepa que estás vivo , ¡que nos vamos a casar¡
David abraza con fuerza al ex torero, tiene ganas de gritar al mundo que Sebastián no murió, que se van a casar pero Sebastián le pide prudencia, algo que a David no le apetece.
--Si vas y le cuentas a tu padre que estoy vivo va a creer que estás loco y yo quiero ir a hablar con mi familia antes que nada.
David se aferra al torso desnudo del extorero.
--No, no te pienso dejar ir.
Sebastián lo va acariciando mientras le dice sonríe dulcemente:
--tenía pensando que vinieras conmigo. Así conoces a mi familia, le contamos de lo nuestro.
David está entusiasmado.
--¡será como una luna de miel¡
Sebastián ha perdido su tren.
--tú ves a hablar con tu padre, dile que te vas con Fer para que no te haga preguntas, yo iré a la estación a cambiar mi billete y comprar otros para los para ya. Agarras cuatro cosas y me vienes a buscar.
Los dos están muy felices, tienen ganas de estar los dos juntos, de salir de la ciudad, de comenzar de nuevo. Aunque ninguno de los dos quiere pensar en ella, mientras se visten, David pregunta por Marisol:
--¿Qué habrá sido de ella?
--No sé, ni me importa.
Se miran, se abrochan los pantalones.
--hablaré con un abogado a ver lo que tengo que hacer para todo el papeleo legal. La voy a denunciar, no se volverá a acercar a nosotros.
Se suben la cremallera. Se besan. Bajan juntos. Sebastián paga y abandona el hotel. Usa el nombre que le inventó Marisol. Acompaña a David a un taxi. Se despiden con un beso. Se queda mirándose mientras el coche se aleja. Luego David se acomoda en el asiento, suspira.
--¿no puede ir más deprisa? –le pide al taxista.
Tiene ganas de llegar a casa, hacer su maleta y volver a los brazos de Sebastián. Por su lado, el ex torero se da cuenta que olvidó a Fer y como el hotel está en la calle en la que vive lo va a buscar. Le quiere dar las gracias por lo que ha hecho. Llama al timbre.
--sube.
--No, baja tú. Tengo prisa.
Fer baja. Tiene tiempo de ver como unos hombres armados bajando de una furgoneta blanca se llevan a Sebastián,.
--¡policía, policía¡
Fer hace fotos con su móvil pero uno de los hombres le pega un tiro en la frente. Cae en medio de la acera. Muerto. Se llevan el móvil que ha caído a sus pies y se va con Sebastián que no deja de gritar horrorizado hasta que lo golpean con un arma y pierde el conocimiento.




Capitulo 49



Sebastian se va en el taxi sin mirar atrás. No se da cuenta que ha sido un beso robado por parte de Fer. David le da un empujón, lo rechaza. Se muestra violento.
--¿¡se puede saber qué haces?¡ ¡¡no me vuelvas a tocar en tu puta vida¡
Fer trata de justificarse pero David no le hace caso.
--¡Vete a la mierda, no quiero que te vuelvas a acercar a mi, no quiero volver a verte¡
Era una propuesta que tenía pero no lo tenía claro, para no quedar mal ante David dice:
--Era un beso de despedida. Mi padre me ha pedido que vaya a verlo a su pueblo. No sé cuando volveré.
David lo ignora y Fer se queda triste.

Sebastián le ha pedido al taxista que lo lleve a la estación del tren. Irá a su pueblo a ver a su familia. No son familia cercana con la que tenga tratos pero son su única familia y no sabe dónde ir. Triste por el rechazo de David, Fer va a esa mismo lugar para comprar su billete a fin de viajar los próximos días. Sebastián sale de la taquilla. Fer está en la cola. Se encuentran cara a cara. Fer reconoce al amor muerto de David. Se queda pálido. Sebastián también lo reconoce y siente rabia. Piensa que seguramente planea un viaje en plan luna de miel con David. Siente unos celos enormes pero no se piensa meter. Fer sufre una fuerte impresión ante Sebastián.
--¿¿qué es esto? ¡¡tú no eres un fantasma¡
Sebastián mira a Fer con desprecio. No tiene ninguna intención de dar explicaciones y menos a él. Pasa de largo sin decir nada a Fer pero Fer está muy alterado. Ha visto hundido llorando la muerte de ese hombre a David y no puede creer que ahora Sebastián esté ahí tan tranquilo. Fer agarra a Sebastián, en parte para asegurarse que es real y en parte para que no se vaya. Sebastián mira a Fer con muy mala cara.
--¿me sueltas?¡
Es una orden. Fer lo agarra con fuerza, no quiere que se vaya. Se muestra nervioso.
--¡tú tendrías que estar muerto¡ David se la ha pasado estos dos años llorando por ti¡
Fer creía que su rival era un fantasma y ahora lo tiene delante de carne y hueso.
--si claro, ya vi a David llorando por mí –dice Sebastián con burla.
Fer no entiende nada.
--¿¿qué has visto?¡
--¡He visto como os besabais¡
Sebastián esta molesto. Estira el brazo para soltarse y muy dolido dice:
--Entiendo que tú eras su novio de siempre y yo me metí en medio. David no volverá a saber de mí.
Sebastián sigue su camino pero Fer se le pone delante. El ex torero está muy enfadado.
--¡voy a perder el tren¡
--¿en serio no piensas decirle a David que estás vivo? –Fer incrédulo.
Sebastián está celoso y decepcionado. Tenía ilusiones que todo volvería a ser como antes pero, aunque le duele, entiende que David tenía derecho a rehacer su vida.
--Tranquilo, es todo tuyo. Si David ya ha hecho su vida contigo pues yo no soy nada para desestabilizarlo. Es mejor que todo siga como hasta ahora.
--¡yo no me puedo quedar callado viendo como David se hunde¡ ¡¡no puedo creer que a ti no te importe¡
Sebastián mira a Fer con desprecio. Se va acercando a las escaleras para bajar a su andén. No está dispuesto a escuchar a Fer pero Fer no se quedaría tranquilo si lo dejara ir porque ese hombre es la felicidad de su amado.
--¡yo le robé ese beso¡ Si te hubieras esperado un solo segundo habrías visto como se enfadaba conmigo, como me mandaba a la mierda y me decía que no me quería volver a ver¡ David es un muerto viviente, sólo llora y vive por tu recuerdo¡
Sebastián está demasiado confundido con todo lo que está viviendo, no está seguro que sea correcto irrumpir de nuevo en la vida de David como si nada.
--No es lo que yo vi –dice Sebastián.
Pero está dispuesto a escuchar. Se sienta en un banco. Fer a su lado más tranquilo.
--Si accedió a salir contigo no me quería tanto –reprocha Sebastián.
A Fer le parece una actitud muy egoísta.
--¿¿qué querías que hiciera? ¡¡se estaba muriendo de la pena¡
--si claro –dice Sebastián con desprecio.
Sebastián va a levantarse y Fer le agarra la mano.
--él siempre te amó, me lo dijo muchas veces. Te amará hasta que se muera. Él nunca quiso verme, fue su padre el que insistió en que me acercara a él. David está tan hundido que su padre me pidió que me acercara a él con la esperanza que saliera de la depresión en la que se ha metido. Se la pasa encerrado en su cuarto llorando. Sólo sale para ir al psiquiatra. Yo he tratado de acercarme a él pero David siempre me rechaza. No quiere saber de mi.
Sebastián se queda quieto, lo mira. Se le ve triste.
--¿David está en tratamiento?
Fer se levanta. Le pone la mano en los hombros.
--David se está muriendo, se muere de amor. No es justo que tú hagas esta maldad con él.
Sebastián lo mira con ojos llorosos. Fer sigue hablando. Por ese hombre perdió a David y le duele que David no llegue a saber que no está muerto.
--Le tienes que decir que estás vivo. Aunque ni yo mismo entienda ¿¡cómo es que estás vivo?¿¿todo fue una burla?¡
Sebastián está conmovido por todo lo que ha descubierto, por saber que David está sufriendo.
--No creo que tenga que darte explicaciones a ti.
--pero habla con él, aunque creo que es mejor que esperes a mañana que vaya a su terapia. En la mañana va a un grupo de apoyo. Si te presentas así le dará algo. Ya que yo estropeé vuestro reencuentro deja que os ayude.
El ex torero sigue sin confiar en Fer.
--¿y porqué tú ibas a hacer eso? Tú lo amas.
--pero él te ama a ti.
Los dos se miran fijamente. Sebastián está muy emocionado.


Por su lado, Lucas y Emilia están ya en la casa. Él sube a su cuarto.
--quiero estar solo –le dice a ella que lo está siguiendo.
Emilia ama a ese hombre, no soporta verlo triste. Como sabe que el sexo es lo que más le gusta, trata de seducirlo. Ella lo besa con pasión, lo quiere desnudar pero él la rechaza.
--así no se arreglan las cosas –dice serio.
Ella le saca la camisa, le come los pezones. Él jadea pero se siente mal sintiendo placer cuando el cádaver del difunto Emilio está aún caliente.
--Dejame en paz, ¿¡porqué no vas a ocuparte de tu hija para variar en vez de acosarme y querer meterte en mi cama?¡
Él es brusco, quiere ofenderla y lo logra. El comentario le duele mucho a Emilia. Incluso Lucas se da cuenta que se ha pasado y tiene miedo de perder el apoyo de la chica.
--¿crees que soy mala madre? –pregunta ella triste.
A él le sabe mal haberla ofendido y es consciente que debería pedirle perdón pero no lo hace. Se sienta en la cama. Se muestra brusco.
--ya te dije que quiero estar solo.
Pero Emilia no está dispuesta a dejarlo solo. No con esa tristeza. Sabe que echar un polvo le quitaría al chico esa amargura que tiene y además que no quiere que sean las de Inma las últimas huellas que tenga el cuerpazo de ese chico que tanto le gusta. Se desnuda ante él. A Lucas le emociona que Emilia lo quiera tanto, que no le moleste humillarse ante él. La recibe en su cama. Él se desahoga. Es un polvo muy rápido que sólo sirve para que él se descargue. Ella disfruta estando con él, viéndolo relajado.
--ahora sí vete, ya te he dado lo que querías –serio.
A ella le duele que la trate como si sólo quisiera sexo pero no le dice nada. Ve que no está tan triste, que no están tan apagado y con eso se conforma. Él se queda desnudo en la cama. No dice nada. Ella se viste en silencio, sólo antes de irse le dice:
--pero estaré ahí siempre que lo necesites.
Ella lo deja solo, él con las manos bajo la nuca. Se queda un rato así, desnudo. Medio sonríe. Le gusta que Emilia sea tan sumisa, que se deje dominar por él. La compañía de ella, el sentirse tan deseado por Emilia hace que vaya olvidando su culpa por la muerte de Emilio y que se sienta el gran macho aunque no sea capaz de preñar a una hembra. Se levanta. Va desnudo hacia el baño. Se da una buena ducha. Eso lo acaba de relajar. Está mucho rato en la ducha, el agua, el jabón cayendo y deslizando sobre su hermano cuerpo desnudo lo relajan. Sale del baño mojándolo todo. Se va secando con la toalla. Su habitación da al jardín. Se escucha la risa de María. Es una risa alegre, llena de vitalidad. Muy contagiosa. La pequeña vive feliz, es imposible sentirse tristeza estando cerca de ella. Emilia juega con su hija en el jardín. No se da cuenta que un desnudo Lucas se ha asomado a la ventana y las está observando. Sonríe con dulzura. El guapísimo chico se viste deprisa. Baja y se acerca a ellas. Camina seductor. Emilia lo ve y muere por él.
--¿puedo jugar con vosotras?
La niña es muy abierta. Enseguida le agarra de la mano y lo une a sus juegos. Pocas veces Emilia está junto a Lucas fuera de la cama y eso la hace feliz. Sonríe enamorado y él sonríe. Emilia se derrite.

Al día siguiente, Sebastián y Fer están en el coche esperan que David vaya a su terapia. El ex torero está muy nervioso.
--¿¿seguro que viene?¡ ¿no me estarás tomando el pelo?
Fer le sonríe con ternura. Le sabe mal que no confíe en él pero entiende que no pueden ser amigos. David aparece en ese momento, solo y triste como siempre. Sebastián siente que el corazón se le va a salir por la garganta. No le hace gracia que sea Fer quien se le acerca a David pero entiende que tampoco puede acercarse así como así. Observa. Se da cuenta que Fer no mintió, que David no tiene nada con su ex. A David le molesta ver a Fer, lo rechaza.
--¿¿cómo te atreves a venir después de lo que me hiciste? ¡¡dejame en paz, no quiero saber de ti¡
Sebastián escucha desde el coche revolucionado.
--tengo que hablar contigo, es importante.
A Fer le parece increíble tener que preparar a alguien para darle una buena noticia pero lo ve necesario. David va a entrar en la consulta, no le quiere escuchar. Entonces Fer le suelta:
--¡Sebastián está vivo¡
David se gira muy molesto.
--¿¿qué clase de broma es esta?¡
Sebastián ha salido ya del coche. Se acercando sonriendo dulcemente. David sufre un fuerte impacto al ver a su amado supuestamente muerto yendo hacia él.