miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 24





Aunque no le hace gracia la idea de quedarse con la familia de David, Sebastián no le dice no y David lo besa contento. Emilio los deja solos para que David se vista tranquilamente mientras él va a buscar el alta. David, a medio vestir, se dedica a besar y acariciar al torero:
--No te has enfadado ¿verdad?
Sebastián lo mira cariñoso:
--¿Por qué me iba a tener que enfadar?
--por mentirle a mi padre respeto a tu profesión. No es que a mí me moleste que seas torero es que…
David se quiere justificar aunque no sabe cómo. Sebastián el sonríe con afecto. Sabe perfectamente que su amante odia que sea torero, que se avergüenza de amar a un torero y le gusta que haya mentido a su padre. No le gusta verlo arrastrado a sus pies, obligado a fingir que le gusta algo cuando no es cierto. No quiere que el chico se sienta mal y lo ayuda a buscar una excusa.
--sí, sé que lo hiciste por mi.
Sebastián sabe que no es así pero quiere que esté tranquilo.
--si así es –dice David sin pensar-- ¿ah sí?
El propio David se sorprende de las palabras del torero..
--claro, a tu padre le sorprendería eso de un torero gay y haría preguntas. No creo que a tu padre le gustara saber el tipo de relación que te ofrezco pero entiendes que esto es un secreto ¿no?
David está contento porque no ha tenido que pasar la vergüenza de decirle a su padre que se ha enamorado de un torero. Es algo que le da mucha vergüenza, que prefiere que sea un secreto.
--¡sí, sí, sí¡ ¡¡es por eso¡ Si, por eso –David aliviado.
Sebastián acaricia a David dulcemente:
--voy a dejar a mi novia. Le voy a decir que la única novia que quiero es el toro.
David está muy ilusionado:
--¿vas a dejar a tu novia por mí?
--De hecho ya nos hemos dado un tiempo porque está cansada de quedarse con las ganas pero es que desde te conocí me es imposible acostarme con ella.
David besa a Sebastián contento:
--¿dejaste a tu novia por mi?
Están los dos abrazados, Sebastián lo va acariciando:
--No hemos roto del todo. No quiero hacerle daño y la dejaré poco a poco.
--¿¿eso quisiste hacer conmigo? –David triste.
Sebastián lo mira con ternura:
--No tiene nada que ver, yo a ti te amo. No te quería amar y por eso intenté dejarte pero te amo.
David lo besa entusiasmado. Está feliz por las palabras del torero:
--No te vas a arrepentir, vamos a ser muy felices.
Sebastián prefiere dejarse llevar y no pensar.
--pero aunque yo no tenga novia recuerda que nuestra relación es secreta. En cuanto pueda hablaré con ella, le diré que no vamos a volver pero el que no quiera que me compartas con nadie no quiere decir que desee que se sepa que soy gay. Eso me haría mucho daño.
David está muy enamorado. No puede creer que el torero sea suyo, que estén juntos y que ambos sean libres.
--te amo, te amo –le va diciendo David que quiere tirarlo sobre la cama.
--si entra alguien nos van a echar una buena bronca –Sebastián amoroso.
Pero el torero no se puede resistir a las caricias, a los besos de su amado. David lo tira sobre la cama, cae sobre Sebastián. David con los jeans desabrochados, sin camisa ni zapatos. Besa y acaricia ardientemente al torero. Están los dos en plena pasión cuando entra Emilio padre con el alta.
--¡¿pero qué hacéis? ¡¡estamos en un hospital¡
Sebastián da un empujón a David para que se levante. No se atreve a mirar a los ojos a su “suegro”. A David no le importa nada.
--¡papá que estamos muy enamorados¡
--Venga, te espero en el auto. Ya nos podemos ir.
Emilio mira a su hijo con cierta envidia, le hubiera gustado defender su amor por Marc como David defiende el suyo con Sebastián. David se ríe en cuanto su padre ha salido del cuarto y ha cerrado la puerta. Sebastián se lleva las manos a la cabeza avergonzado:
--¿qué pensará tu padre de mí?
David mira a Sebastián travieso:
--que estamos muy enamorados.
David de nuevo se va a lanzar sobre Sebastián pero éste lo mira regañón:
--vístete ya ¿o es que no quieres irte?
David agarra su ropa. No deja de mirar a su novio con cara de degenerado.
--Menudo polvazo te voy a echar cuando lleguemos a mi casa –dice mientras se pone el jersey y se abrocha los jeans.
--tienes que descansar.
David se sube la cremallera:
--pues me lo echas tú –dice seductor.
Sebastián le sonríe. Le da un golpe en el culo. Le alcanza los zapatos. Se van los dos juntos muy abrazados y enamorados.

David y Sebastián llegan a la casa. Ambos tienen muchas ganas de hacer el amor. Emilio le pide a su hijo que descanse. El chico no tiene ninguna intención de descansar pero a Sebastián le da cosa desobedecer al dueño de la casa. El torero entra con David en su habitación seguidos del padre. David despide a su padre enseguida. Cierra la puerta. Se encuentra a Sebastián mirando la foto de él mostrando sus genitales que tiene colgada en el armario. David no había tenido eso en cuenta. Enrojece.
--No sabía que tenías esta foto mía.
Algo tímido, David dice:
--así descubrí que el toreo no es tan malo.
--pues me alegro que te gustaran mis bolas –Sebastián cariñoso.
David está avergonzado y aunque Sebastián le dice que no hace falta prefiere sacar el poster. Ya tiene el original y no quiere que nadie lo reconozca.
Sebastián ayuda a David a meterse en la cama pero David se encuentra bien y no quiere meterse en la cama sino es para hacer el amor.
--almenos descansa hoy –Sebastián regañón.
--Es que estoy algo nervioso, relájame –le dice David pícaro mientras se saca los pantalones y el jersey.
--Me quiero dar una ducha, estoy cansado del viaje.
David salta de la cama mirando al torero con cara de depravado. Está hambriento y se lo quiere comer.
--¡yo te acompaño¡
Los dos se miran con pasión. Se abrazan, se besan. David va desnudando al torero. Lo deja en calzoncillos.
--venga espérame en la baño que voy a echar el cerrojo.
Sebastián entra en el baño bajándose el bóxers. David se distrae viendo el culo desnudo de su guapísimo amante. En ese momento Emilio hijo entra en la habitación de su hermano contento con su vuelta. Lo abraza cariñoso:
--recién me he enterado que has vuelto.
Emilio besa fraternalmente a su hermano. Justo en el momento en el que Emilio entraba en la habitación, Sebastián daba marcha atrás para hacer una pregunta a David y Emilio sufre una fuerte impresión al encontrarse con un hombre desnudo y muy guapo. Es un gusto enorme conocerlo de esa manera.
--Él es mi novio, se queda conmigo hasta que nos marchemos a vivir juntos en un par de días –David.
Sebastián muestra sus bellos genitales sin problemas. Emilio enloquece al ver esas bolas moviéndose hacia él. Sebastián se presenta y saluda a Emilio muy amable. A Emilio le es del todo imposible mirar a los ojos al guapísimo torero. A la pareja no le molesta el placer visual que está recibiendo Emilio, tampoco se dan cuenta. Sí tienen prisa en quedarse a solas. Emilio se despide de los dos. Se deleita por unos segundos más de los genitales de ese guapo y se va. Está frustrado. Todos los miembros de su familia tienen algún guapo con el que acostarse menos él y eso le duele. Aunque él se ha acostado con Rubén no ha sido voluntario y eso le sabe mal. Siente celos de sus hermanos, de su padre que llevan una vida sexual sin problemas.

David y Sebastián se duchan juntos entre besos y caricias. En realidad sólo se mojan. Están los dos calientes y con sus lanzas disponibles. Sebastián se agacha para agarrar la esponja y David no se le resiste.
--siempre quise hacer esto –dice al clavársela.
Sebastián se retuerce de placer. Emilio jr está en el pasillo con la oreja pegada a la pared. Los gemidos se oyen suaves pero se oyen. Siente muchos celos de su hermano que se está acostando con ese pedazo de macho tan guapo al que ha visto desnudo sin problemas. David explota en el interior de Sebastián que se levanta con un poco de dolor de espalda pero muy satisfechos. Se besan con amor y con dulzura. Sebastián apaga el grifo. Los dos desnudos y mojados. Se miran con deseo. El torero agarra la toalla y seca el cuerpo del chico. Luego con la misma toalla David lo seca a él y esto sin dejar de besarse. Se miran con complicidad. David tira la toalla y entran en el habitación. Sebastián tras él con las manos en el culo del chico. David se tumba en la cama desnudo y con el culo mirando al techo y dice con ironía:
--ahora sí quiero descansar aunque no me molesta si te pones encima.
Se miran con cara de depravados. Sebastián se tumba sobre David. Lo besa en el cuello, David tiene la cabeza girada, se besan en los labios. Sebastián le hace el amor con mucha ternura y sin dejar de decirle lo mucho que lo ama.




No hay comentarios:

Publicar un comentario