miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 51



David lleva más de tres horas esperando a Sebastián. A David lo único que se le ocurre es llamar al hotel pero Sebastián ha cancelado la habitación y no saben nada de él. Va mirando el reloj, el tiempo pasa y Sebastián no aparece. David va de un lado a otro. Sale, entra. Está muy nervioso pero está seguro que Sebastián va a llegar y no piensa moverse. Emilio llega a la estación, se acerca a su hijo. Lo mira con compasión. David se sorprende al ver llegar a su padre. El hombre lo agarra del brazo.
--ven, vamos a casa.
David se muestra alterado.
--¡no, no ¡Yo estoy esperando a mi novio¡
--No va a venir –dice Emilio con pena.
David da un pequeño empujón a su padre. Da patadas a su bolso.
--¡Va a venir¡ ¡¡hemos quedado aquí¡
Emilio trata de calmarlo pero David está muy alterado lo que preocupa a su padre.
--tengo que contarte algo pero prefiero que sea en casa. Confía en mí.
El tono del hombre es compasivo. David ha vivido un infierno y ahora que había vuelto a nacer, que se sentía feliz no entiende nada. No entiende porqué Sebastián lo ha dejado plantado.
--¡yo no pienso irme a ningún sitio, yo me voy de vacaciones¡
Emilio piensa que todos los nervios de su hijo son por Fer y le angustia mucho la noticia que le tiene que dar. Pone su mano en el hombro de su hijo al que mira con mucha compasión:
--es que no sé como contarte esto, justo ahora que estabas rehaciendo tu vida ¡no es justo¡
David se muestra muy agresivo.
--¡suéltame, ya dejame en paz¡
Emilio cree que lo que ha pasado con Fer va a ser una nueva tragedia en la vida de su hijo, le hubiera gustado poder hablar con su hijo tranquilamente pero ya que David no entra en razón pues se ve obligado a soltarle de golpe.
--Fer ha muerto.
David cada vez está más alterado, no entiende nada de lo que está pasando.
--¿¿cómo que está muerto?
--Lo han asesinado delante de su casa. La policía supone que ha sido un atraco.
Emilio abraza a su hijo suponiendo la impresión que está noticia debe haber supuesto para él.
--Me duele tanto que tengas que pasar dos veces por el mismo dolor. No entiendo porque pasan estas cosas.
David está demasiado alterado por el plantón de Sebastián, porque no sabe de él. Lo que menos le preocupa es lo que le haya pasado a Fer. Y Emilio sigue convencido que David está en shock porque sufre por Fer. David ha perdido totalmente los nervios.
--¡no, no me voy¡ ¡¡yo estoy esperando a Sebastián¡
--hijo, no digas tonterías. Entiendo tu dolor pero ahora Sebastián no tiene nada que ver. Sebastián es tu pasado, ahora es Fer al que has perdido. Sebastián está muerto y ahora tu novio Fer también. Es duro pero debes aceptarlo.
David está enloquecido.
--¡Sebastián está vivo¡ ¡¡su ex lo secuestró pero él se escapó¡ ¡¡nos vamos a casar¡
Emilio llora por David. Cree que su hijo ha perdido la razón. El que el chico grite fuera de sí hace imposible que alguien crea en él. David huye. Emilio corre tras él. Mientras lo persigue, Emilio llama al psiquiatra de su hijo por el móvil. El doctor considera que ya ha llegado el momento de internar a David. David entra en el hotel, quiere que confirmen que él ha estado con Sebastián pero a nadie le consta. Sólo existe la ficha con la identidad falsa del ex torero. David da patadas, su padre no logra calmarlo. David muestra las fotos del torero que lleva en su móvil.
--¡Sebastián es guapísimo, no es posible que nadie se haya fijado en él¡
David da patadas, grita. Los del hotel llaman a la policía. Emilio pide ayuda al doctor que le dice que manda una ambulancia. David está totalmente enloquecido. Le duele que nadie crea en él, que lo miren con compasión porque Emilio les cuenta que está así porque han matado a un amigo suyo con el que estaba comenzando una relación. David grita la verdad, una verdad que parece absurda y todos toman por delirios. Llega la ambulancia. Cuesta controlar a David. A la fuerza le ponen un calmante. Se lo llevan en camilla. Emilio llora desolado por esta nueva tragedia en la vida de su hijo.



Mientras, Sebastián está atado de pies y manos a una cama. Está desnudo. El ex torero trata de forcejear pero está totalmente inmovilizado. Aparece Marisol.
--¿¿porqué tuviste que dejar la medicación? –le reclama ella-- ¡¡Era por tu bien¡
Él la mira con mucho desprecio.
--¡Estás loca¡¿¿qué pretendes?¡
--tú y yo vamos a tener un hijo –dice excitada y quedándose desnuda.
Sebastián la mira desafiante:
--¡a ver si puedes¡
Por más que Marisol se frota en él, se la chupa, lo acaricia, lo golpea aquello sigue muy pequeño. En los días siguientes, Marisol sigue tratando de violar a su ex novio que pese a la situación la desafía y sonríe victorioso:
--¿¿Cuándo te vas a convencer que no vamos a volver a estar juntos?¡
--¡tú y yo vamos a tener un hijo¡ --grita ella.
--¡NUNCA¡
Pese a su secuestro, a estar desnudo y atado a una cama, Sebastián sonríe porque Marisol no podrá salirse con la suya. Está seguro que la mujer entrará en razón y lo dejará libre. Sino está seguro que David está moviendo cielo y tierra para encontrarlo y lo rescatará. David no puede hacer nada ni por Sebastián ni por él mismo. Está internado en una clínica psiquiátrica. Lo tienen siempre drogado porque cada vez que despierta se muestra agresivo, amenazante y asegura que Sebastián sigue vivo.

Sebastián sonríe desafiante cada vez que Marisol se acerca a él. Está desnudo y humillado pero pensar en David lo hace fuerte. Marisol llega con su amante el doctor bien equipado. Eso hace que al ex torero se le borre la sonrisa del rostro.
--¿¿qué van a hacerme?
Ella se ríe.
--¡te dije que íbamos a tener un hijo¡
A Sebastián le asusta el equipo médico, como el doctor le agarra el pene dispuesto a sacarle esperma de una manera artificial. Sebastián trata de soltarse pero está atado de pies y manos. Trata en vano en defender su honor, su dignidad. Está muy alterado.
--¡no, no pueden hacerme esto¡
Marisol está en la cabecera de la cama acariciando los cabellos del atormentado ex torero mientras el doctor se dispone a la extracción.
--Pudiste hacer las cosas bien, así que ahora no te quejes.
Sebastián llora de rabia, de impotencia, de desesperación al ver y sentir como una parte de su esperma es sacado de su cuerpo a la fuerza. Llora, suplica.
--¡no me hagas esto¡ ¡no me puedes obligar a tener un hijo tuyo, ¿¿qué pretendes?¡
--tú me prometiste un hijo y las promesas se cumplen.
Marisol lo besa en los labios pero Sebastián le muerde los labios. Ella lo golpea.
--¡vamos a ser padres y eso nos unirá para siempre¡ ¡a ver que cara pone tu David cuando conozca a nuestro hijo¡
Marisol se va riendo con el doctor y las muestras de semen. Sebastián grita, se retuerce de dolor. Está desesperado.

8 meses después…
Marisol está ya en el último trimestre de su embarazo. Con ella su doctor y cómplice. El anciano está enojado porque desde que quedó embarazada no tienen sexo y se está arrepintiendo de todo lo que le están haciendo a Sebastián, de todos esos meses de secuestro. Marisol se enoja al ver que su cómplice se está poniendo en su contra. Discuten, ella es muy violenta. El doctor, que es el que maneja, pierde el control de auto y acaban chocando contra un camión que se les pone en frente.

Sebastián está encerrado en una habitación. Vestido pero atado a una cama. Así ha pasado los últimos meses de su vida. Se la pasa pensando en David, acariciando cada uno de los momentos de amor que han compartido. Al ver crecer la barriga de su ex es consciente del tiempo que pasa pero vive con la ilusión de que David no tardará en encontrarlo. No imagina que David está encerrado en una clínica mental. No avanza. Se la pasa medicado porque se niega a decir que Sebastián está muerto y que tuvo una crisis motivado por el asesinato de Fer con quien de nuevo estaba de novio. Eso hace que todos crean que está loco. David sólo espera el momento en que Sebastián vuelva a su vida y aclare todo y lo rescate de las sombras.
Sebastián está encerrado bajo llave. Oye que abren, supone que es un encapuchado para traerle comida. Sebastián no ha visto la cara a los otros cómplices de Marisol. Este hombre es el que le dice tanto Marisol como el doctor han muerto y que es un hombre libre a cambio que no los denuncie. No le quitan las ataduras hasta que está en la calle. Los enmascarados huyen, Sebastián se queda aturdido, perdido. La luz del sol lo lastima.

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