miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 53




Sebastián le seca las lágrimas a David. Le habla desde el corazón.
--yo te amo pero no tengo manera de demostrarte que digo la verdad, es jugarte o no. Marisol está muerta y yo quiero que ese bebé sea hijo de los dos, David Sebastián ¿qué te parece?
David está muy alterado:
--¡largo de aquí¡
Sebastián lo ve tan agitado que no se atreve a insistir, decide irse. Espera que Emilio pueda convencer a su hijo. El ex torero sale de la habitación triste, llora. Le hubiera gustado que David confiara en él, que todo fuera más fácil. Han perdido ya tanto tiempo… De pronto David sale corriendo de la habitación, lo abraza por la espalda con desesperación.
--¡sí, sí¡
Sebastián se gira, se abrazan y se besan entre lágrimas. Ambos están muy emocionados.
--¡te amo,te amo¡ Ser papá de un hijo tuyo será maravilloso.
Sebastián acaricia las manos de su amado, se muestra dulce.
--¿estás seguro?
David ama a ese hombre, ahora ya nadie los separa y además tienen un hijo.
--En realidad la bruja esa nos ha hecho un favor. Me encanta la idea de ser papá –David.
Se besan con pasión, se acarician, se besan, lloran. No se cansan de acariciarse, de besarse, de decirse lo mucho que se aman. Emilio de lejos está feliz al ver a su hijo totalmente dichoso y con muchas más ganas de vivir que nunca.

Semanas después… Sebastián y David viven en una bonita finca al sur del país rodeado de ganado. Sebastián está con los animales. Va a caballo. No lleva camisa. La propiedad es enorme. Ve que se acerca a ellos un jeep. Lo maneja uno de los empleados. En él están David que lleva al pequeño David Sebastián en brazos. David es un hombre dichoso. Es feliz al lado del hombre de sus sueños y es feliz como papá. El pequeño David Sebastián es como un milagro, un regalo que les ha caído del cielo. David es muy paternal con el bebé. Sebastián galopa hacia ellos. David es feliz con Sebastián. Gracias al periodo de crisis que vive el país, Marisol no logró vender la finca. Eso ha hecho que Sebastián pueda recuperarla y sacarla adelante gracias al dinero que David heredó de su mamá. A ambos les encanta ese lugar, es su paraíso. Un lugar en donde amarse y criar a su hijo es su única obligación. Además Sebastián pues no deja de lado su pasión por los toros sin tener que estar en los ruedos. David no quiere estar en otro lugar que no sea los brazos de su amado pero prefiere mantenerse lejos del ganado, no suele alejarse de la casa. Sebastián lo sabe así que el ex torero supone que algo importante le tendrá que decir. Se acerca al coche. David mueve la mano de su hijo:
--Mira es papi, saluda a tu papi uno –va diciendo muy paternal.
El jeep se para al lado de Sebastián que baja del caballo. Sebastián se acerca al coche y abre el auto.
--¿qué dice el papi más sexy? –le dice Sebastián a David muy seductor.
David le guiña el ojo. Sebastián se hace cargo del bebé para que David pueda bajar del auto.
--ven, campeón. Ven con papi uno que papi dos debe tener algo importante que decirme –le dice Sebastián muy paternal a su hijo mientras lo toma en brazos.
El ex torero sudado y con el torso desnudo es una imagen muy erótica, explosiva. Con el pequeño en brazos además resulta tierno. David y Sebastián se miran con mucho amor. Están muy enamorados y son muy felices. Se saludan con un apasionado beso.
--Me ha llamado mi padre, ya ha nacido Lucas junior. Están todos como locos, ahora sí dicen Emilia y Lucas que se quieren casar ya.
Sebastián va escuchando con atención, siempre con una sonrisa. David sigue hablando.
--Aunque mi padre quería una gran boda pues ellos se quieren casar en menos de un mes y bueno ya sabes que mi padre está deseando que llegue esa boda para llevarse a Marc a la cama.
Se hace un silencio. David espera que Sebastián diga algo pero el ex torero sólo sonríe así que David dice:
--¿y nosotros?
Sebastián sonríe cariñoso pero se hace el que no se entera.
--¿nosotros que cosa?
--Es que ya hace mucho que me pediste matrimonio y me prometiste que nos casaríamos cuando arregláramos tu situación legal y bueno, eso ya está.
David habla con cierta timidez, no quiere que su amado se sienta presionado. Sebastián le sonríe risueño:
--¿me estás proponiendo matrimonio?
--¿quieres? –David algo tímido.
--sí y ¿tú?
David suspira enamorado.
--¡sí¡ sabes que tú eres mi vida, que tú y tu hijo sois lo mejor que me ha pasado.
Sebastián le sonríe amoroso:
--Yo no tengo ningún hijo, en todo caso es NUESTRO hijo.
Entonces Sebastián pone al pequeño en brazos de David:
--Ve, ve con papi dos.
Mira a David, mira al pequeño:
--Eres un suertudo… tienes dos papás.
David sonríe mientras sostiene entre sus brazos a su hijo muy amorosamente. David besa al pequeño y mira al ex torero.
--sabes que lo siento como si fuera nuestro –Sebastián lo iba a corregir pero es David el que corrige—es nuestro y no sólo porque eso ponga en su acta de nacimiento sino porque yo lo siento así.
Se miran, se acarician amorosamente.
--Gracias por hacerme tan feliz –Sebastián.
--¡qué dices¡ Gracias a ti. Te amo.
Se besan, se abrazan. El que manejaba el auto se hace cargo del caballo de Sebastián para que el ex torero vaya con David en el jeep. Sebastián es el que maneja. David a su lado con el bebé en brazos. Mira a Sebastián y suspira enamorado. Sebastián no lo mira pero sonríe. La felicidad está patente en la mirada de ambos, en su manera de respirar, en su sonrisa.



En otra parte del país, Emilia es una mamá feliz pero cansada. Lucas llega con María. Actúa como papá de la pequeña. A la joven le hace ilusión ver lo bien que se llevan su hija y su amado. María sube a la cama. Tiene ganas de conocer a su hermanito pero el pequeño no está con mamá.
--ahora vamos –le dice Lucas.
El chico la besa a Emilia. Se muestra muy cariñoso.
--¿y cómo está la mamá más hermosa?
--feliz.
Los dos están radiantes. Es el mejor día de sus vidas.
--Gracias por este maravilloso regalo que me has dado –susurra él enamorado.
Ella habla con lágrimas en los ojos. Jamás pensó que fuera a vivir una situación así, que se pudiera ser tan feliz.
--Gracias a ti. Tu amor es una bendición. Es un sueño tenerte a mi lado.
Él le acaricia las lágrimas con los dedos. Es muy amoroso.
--te amo.
Ella lo ama tanto, pero aún se le hace extraño que todo sea real.
--Es que no lo puedo creer.
Lucas está pendiente de María, que no caiga de la cama y es muy dulce con Emilia. No deja de acariciarla. Emilia no puede dejar de llorar pero son lágrimas de felicidad. Él se siente mal por todas las humillaciones a las que sometió a esa mujer que lo ha convertido en padre.
--perdón, sé que…
Ella no lo deja seguir. Lo besa. Se besan ante la atenta mirada de María que ríe divertida.

Marc, en ese mismo instante, está frente a la cunita del pequeño Lucas. Está muy emocionado. Tiene sus manos en los cristales que separa la habitación de los bebés del pasillo. Emilio se acerca sigilosamente, también muy emocionado. Se pone a su lado, le agarra la mano:
--es nuestro nieto.
Marc se muestra incómodo. Se aparta de él.
--perdón por dejar mi trabajo, ahora vuelvo a la casa.
Emilio le sujeta con fuerza la mano para que no se vaya.
--No te comportes como un empleado más.
--Es lo que soy.
--Sabes que no, que no te veo como un empleado que yo…
Marc no lo deja seguir y una vez más lo rechaza. La vida se empeña en que pasen cosas que los unan como el nacimiento de ese nuevo ser pero Marc sigue empeñado en alejarse de Emilio. Emilio se desespera.
--¡vamos ya, Marc¡ ¿hasta cuando me vas a castigar? Yo sé que ti sientes cosas por mi. Sé que actué mal pero no fue para hacerte daño.
--¡es que sólo piensas en ti¡ --le reclama Marc.
Emilio le suplica, está angustiado. No quiere vivir sin él.
--¡pues ayúdame a cambiar, dame una oportunidad. ¿No crees que ya hemos perdido suficiente tiempo?
Marc no le contesta. Se quiere ir pero Emilio, que le tiene agarrado del brazo, se le tira encima. Lo besa. En un primer momento Marc lo rechaza pero luego acaban fundiéndose en un cálido beso de amor. Marc se aparta de Emilio y se va sin decir nada. Emilio se acaricia los labios. Está contento. No lo quiere presionar pero está feliz porque está seguro que Marc sigue enamorado de él y eso lo está ablandando.
--si no antes, este en la boda de los chicos cae. De mi cuenta corre… espera que sea boda sea ya.


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