miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 25


David y Sebastián están los dos desnudos en la cama luego que hicieron el amor. Se han echado de menos, están de nuevo juntos y eso les hace inmensamente felices. Aunque sólo han pasado unas semanas separados a los dos les parece que han pasado años. Están agarrados de las manos, con la cabeza en la misma almohada. Se miran con mucho cariño.
--ahora sí que va a ser para siempre ¿verdad? –David dulcemente.
Sebastián le responde con el mismo cariño:
--No tengo respuesta para esa pregunta.
--pero sí vamos a vivir juntos ¿no?
David no quiere ponerse ansioso pero quiere tener claro que no van a volver a separarse.
--oficialmente no pero sí. El piso en el que vivo tiene dos plantas y una es para invitados. Tú serás mi invitado aunque espero que tú prefieras mi cama.
Los dos se miran con sensualidad.
--eso ni lo dudes.
Se besan enamorados. Están así abrazados, hablando, mirándose un buen rato. No los interrumpen porque han echado el cerrojo. Emilio padre toca a la puerta. Sebastián, desnudo en la cama de David, se altera mucho. David está muy contento de estar con Sebastián y el resto le da igual. Emilio sigue tocando la puerta. Sebastián salta desnudo de la cama. Va a ponerse su ropa sucia.
--usa mi albornoz –David.
Le va muy pequeño y David se parte de la risa. Sebastián abre la puerta. David está desnudo pero se cubre con las sábanas para que no se vea que está desnudo también de cintura para abajo. Al padre se le hace extraña la situación pero no dice nada porque lo que quiere es que su hijo sea feliz.
--por las prisas no traje ropa –dice Sebastián para justificar sus pintas.
--Ahora te traeré ropa mía para que te puedas vestir para cenar.
--Me visto y bajo yo también –dice David.
--Es mejor que descanses, hijo.
--entonces deja que nos quedemos aquí, nos pueden traer la cena --David.
--está bien –accede Emilio.
Sebastián no se atreve a meterse. Se siente incómodo. Emilio se va pero no tarda en volver con algo de ropa.
--gracias por todo –Sebastián.
A Emilio le gusta ver a su hijo feliz. Sebastián, una vez a solas, se quita el albornoz y muestra su bella desnudez a David. El torero se viste, David lo mira detenidamente. Se queda desnudo en la cama. No se mueve porque así le será más fácil volver a meter al guapo torero en su cama.


Emilia es la que lleva la cena a la pareja. Aunque está triste quiere saludar a su hermano y a su novio. Emilio jr duda en entrar. No está seguro de poder mirar a los ojos a su hermana después de acostarse con su novio y ni sabe si podrá mirar a Sebastián sin pensar en sus genitales al desnudo pero sabe que el hombre está de paso y quiere aprovecharlo. Es muy guapo y al verlo vestido está más calmado. Le habla tranquilamente aunque de vez en cuando le lanza una mirada a la entrepierna y se pone cachondo porque conoce sin censura lo que esconde la tela del pantalón. A Emilio le gusta el novio de su hermano, le apetece hablar con él pero no sabe de qué.
--¿y a qué te dedicas?
Sebastián iba a hablar aunque no iba a decir la verdad pero, por si acaso, David se mete y dice:
--Es empresario, produce leche.
A Emilio le pone cachondo pensar en la leche del torero. Sebastián sonríe. No le gusta tener que ocultar su profesión pero le gusta que David sea él mismo. No deja de parecerle curioso que David oculte su trabajo como si fuera algo malo. Para David no es fácil amar a un torero pero ambos se aman y confían en que todo salga bien. A Emilio le incomoda la presencia de su hermana porque conoce el secreto de ella. Le da un beso a su hermano, encaja su mano con la de Sebastián y acaba yéndose. Emilia sí se ha dado cuenta que su hermano mayor es distante con ella pero como nunca se han llevado especialmente bien tampoco es algo que le llame especialmente la atención. Y David no se da cuenta de nada porque sólo tiene ojos para Sebastián. Emilia se da perfecta cuenta que molesta y se va. David y Sebastián comparten miradas de amor, risas. El uno da de comer al otro. Están muy felices. Cuando ya han acabado, Sebastián deja las bandejas en el suelo y la pareja se va besando. Sebastián no se saca la ropa pero al moverse sí se ve que David está totalmente desnudo. Así los encuentra Emilio padre. Tose. Les da las buenas noches sin acercarse mucho y se lleva las bandejas. La situación le incomoda pero no se mete. A Sebastián no le gusta nada ser sorprendido por el padre del chico con el que se acuesta en esa situación:
--tu padre va a pensar que soy un pervertido –dice avergonzado pero tomándoselo a risa.
--mejor, así nos echarán antes.
Se miran con cariño, se besan. El torero se levanta para echar el cerrojo y así poder dar rienda suelta a su pasión. David tira la sábana dejando al descubierto su cuerpo desnudo con una semierección. Se miran con ojos libidinosos mientras se Sebastián se saca la camisa y tira los zapatos. Se tira sobre David. Se besan ardientemente. Sebastián lo besa pasional. David le desabrocha los jeans y se los va bajando junto a los bóxers. Sebastián no deja de besarlo. David clava sus uñas en el trasero de su amante. Se besan y se acarician con profundidad. Sin dejar de besar a su chico, con las manos y ayudándose con los pies, Sebastián se va sacando los jeans. Luego ya los dos desnudos se mueven uno sobre el otro, se frotan, restregan sus sexos. Sebastián se mueve para colocar su zona genital en la cara de David para que David se divierta haciéndolo gozar y Sebastián hace lo mismo con los genitales de David. Se llenan la boca el uno de la gorda lanza del otro. La saborean, la disfrutan. Luego David bocabajo y Sebastián encima de él uniéndose el uno al cuerpo del otro de una forma delicada pero a la vez con mucha pasión. Quedan los dos derrotados en la cama. Están cansados de tanto gozo. David quiere fumar pero Sebastián regañón le dice:
--acabas de salir del hospital. Hoy no fumes.
Y luego más cariñoso dice:
--hazlo por mí.
David cierra el cajón que había abierto y no toma ningún cigarro.
--si me das besos hasta que me duerma no fumo.
Los dos se miran con dulzura. Sebastián sonríe con ternura. No le dice nada pero lo va besando y acariciando suavemente. David acaba quedándose dormido sobre el torso desnudo del torero que lo mira sonriente. David duerme feliz. Sebastián está feliz y los dos confían en poder estar así siempre. Sebastián apaga la luz y se duerme muy acurrucado a David que está en sus brazos.

Los dos despiertan juntos y felices. Sebastián tiene que entrenar, tiene corridas esa semana así que acuerdan que se irán esa misma noche. La mañana y la tarde la pasan tranquilos en la casa. Se divierten en la piscina. Emilio hijo no se mueve de la casa. No necesita irse a ningún sitio para disfrutar de un guapo. No se acerca a los amantes pero sí los observa atentamente. Tiene celos porque se ven felices y enamorados. Se nota que se quieren mucho. Además que Sebastián está muy guapo con ese bañador que le ha dejado David. Es de los grandotes pero la tela se pega al cuerpo marcando como si estuviera desnudo la parte genital del torero. A Emilio le excita verlo así porque además ya conoce esa bella parte que tanto disfruta David. David toma el sol mientras el torero nada. Luego Sebastián sale del agua, se coloca en la misma tumbona que David y se van besando. Se tiran al agua y se siguen besando. Salen del agua besándose. Se secan con la misma toalla siempre besándose. En la ducha siguen besándose y hacen el amor.



Al anochecer está ya todo listo para la partida. Emilio hijo baja a despedirlos. Ve el culo en pompa de Sebastián que lleva jeans y luce un culo esplendido. Emilio tiene que hacer un esfuerzo para no clavar su mano en ese culo tan hermoso. Sin darse cuenta que su hermano está disfrutando con la visión del culo de su novio, David se despide de su padre y su hermana. Sebastián se muestra afectuoso con Emilio:
--un gusto conocerte.
--ni que lo digas –piensa Emilio.
Emilio no hace más que recordar el cuerpo desnudo de su “cuñado”. Tiene esa mente grabada en la mente. David se despide de su hermano mientras un empleado lleva las dos maletas de David a un taxi. David y Sebastián se van tomados de la mano. Van a iniciar una vida juntos. Los de la casa se quedan con una sensación de vacío pero Emilio (la presencia de Sebastián lo distraía) ya no ve necesario ocultar lo que sabe y ante su padre se enfrenta a su hermana:
--¿Cuándo piensas decirnos que estás preñada?
Emilia no se esperaba la pregunta y el padre se queda en shock.

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