miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 45


Sebastián no puede respirar. No da crédito a lo que está oyendo. Sin pretenderlo, sin darse cuenta, Marisol se está descubriendo ante el ex torero. La mujer está dispuesta a darle más pastillas al hombre.
--¿pero no me dijiste que ninguna de esas pastillas eran peligrosas?
--pero es que no sabía que eran por tanto tiempo, si le sigues dando esas dosis le puedes provocar un infarto.
--¡No me importa, Sebastián tiene que ser mío¡
Sebastián está muy confundido, no entiende nada. Se supone que Marisol es su esposa, que lo ama, que lo ha estado cuidando durante todo este tiempo de una manera incondicional, que se ha sacrificado por él y ahora se está dando cuenta que esa mujer lo está drogando sin importarle su salud. No se mueve, permanece escondido tras un árbol escuchando boquiabierto. El doctor aconseja a Marisol que baje la dosis de las pastillas que le da o que renuncie a darles algunas pero ella no quiere.
--¡las necesito todas¡ No puedo renunciar a ninguna. Necesito las que le hacen sentir débil para que crea que está enfermo y no se atreva a salir a la calle y así evitar que descubra la verdad y si dejo de darle las que le provoca amnesia recordará quien es y me dejará y –agarra el nuevo bote de pastillas—y estas las necesito para que vuelva a ser macho y ¡me haga el amor de una maldita vez ¡
Marisol habla de Sebastián de una manera tan fría que lastima mucho al ex torero.
--¿hasta cuando? –doc.
--Hasta que le dé un hijo, hasta que ya no me pueda dejar.
El doctor toca sensualmente a la mujer. A ella le da asco pero se ve obligada a ser su amante para tenerlo de su lado.
--¿no te basta con haberle provocado amnesia? ¿separado de su familia?¿robarle su dinero? ¿porqué no me cuentas ya todo lo ha pasado?¿porque quisiste que todo el mundo creyera que está muerto?
Para callarlo, Marisol lo besa ante la incrédula mirada de Sebastián. El guapísimo ex torero casi se desvanece. Se marea. Llega como puede a la casa. Entra en su cuarto. Se derrumba en su cama. No entiende nada. Sus dudas, su angustia de siempre, lo que siempre le ha atormentado está más presente que nunca.
--¿¿Quién soy?¿¿Quién soy? –no deja de repetirse.
Da golpes a la cama y llora.

Mientras, David llora mirando una foto del torero. Su vida se paralizó el día que lo perdió. Está hundido, atormentado. Siente una gran angustia dentro de él, un vacío que nada ni nadie podrá llenar. David llora mirando la foto, acariciando uno a uno todos los recuerdos que tiene del torero. Mira el poster que lo ha acompañado desde el principio que sigue en la puerta de su armario.
--¿porqué nos tuvo que pasar esto?¿porqué?
Día a día, el dolor ha ido formando parte de su cuerpo. David se ha acostumbrado al sufrimiento.
--Nunca amé a nadie como a ti. Nunca podré olvidarte –dice acariciando el poster.
David se retuerce de dolor. Sebastián, por su lado, sufre. Piensa que en algún lugar alguien debe estar llorando por él y eso lo está matando.



En ese mismo instante, Lucas y Emilia discuten en el dormitorio de ella. La joven tiene la regla y Lucas no cree que no se esté cuidando.
--¡tú me estás traicionando, seguro que tomas la píldora¡
Lucas está furioso. Ella tiene miedo que quiera alejarse de su lado.
--Te juro por mi niña que no me estoy cuidando, que quiero tener un hijo tuyo.
--¿¿y porqué mierda no te has preñado todavía si llevamos dos años haciéndolo todos los días sin usar condón? ¿¿Cuánto tiempo tardó el otro en preñarte?¡
Lucas está furioso, habla con desprecio mientras señala hacia dónde está la habitación de la pequeña María que ahora está vacía porque la pequeña se encuentra con las sirvientas. Con timidez y miedo, Emilia le dice:
--a lo mejor tú tienes un problema.
Lucas fulmina con la mirada a la chica.
--¡yo soy un macho, los tipos como yo preñamos a las mujeres con una sola mirada. Lo que pasa es que tú eres demasiado puta y mis espermatozoides se niegan a mezclarse con tu cuerpo.
Emilia está sinceramente interesada en Lucas. Le preocupa que el chico sea esteril porque va a ser un duro golpe para él y porque desea tener ese hijo, un hijo que la una para siempre a Lucas aunque él no lo vaya a reconocer. Ella ama a ese hombre y no le importa arrastrarse, humillarse. Lo daría todo por él.
--podemos hacer una inseminación artificial.
Él la mira con cara de “me estás ofendiendo” pero ella prefiere ofenderse así misma.
--Así tendrás la seguridad que el hijo es tuyo aunque no lo vayas a reconocer. Yo igual quiero lo que tú quieras.
Ella quiere estar con él, tener un hijo suyo. Lucas está molesto.
--¡a mi no me vas a tratar como si no valiera nada¡¡no vas a embotellar mi leche¡
Lucas sale de la habitación de ella furioso. Entra en la habitación de Emilio jr. Entra sin llamar. Emilio jr está saliendo de la ducha totalmente desnudo. A Lucas le da igual pero al hombre le excita estar desnudo ante el chico. Se siente inseguro de su cuerpo pero su tamaño pero como Lucas la tiene pequeña como él y los testículos también pero no le da vergüenza con él. No sabe si debe vestirse o no. Se queda quieto. Lucas va al grano.
--¿nos podemos ir un par de días a algún sitio bonito para que yo me pueda tirar a Inma de una vez?
El chico se ve ansioso. A Emilio le sorprende la propuesta.
--si claro.
--¿a tu padre no le molestará si uso mi tarjeta?
--No pero yo te invito ¿dónde te gustaría ir con tu novia?
--No sé, me da igual. Lo que quiero es tirármela.
Emilio se sienta en la cama. Está nervioso, cachondo. Lucas se muestra cariñoso con Emilio.
--tiene que ser un lugar bonito para que no me diga no.
--A Inma seguro que le gustará París, podéis ir allí.
Lucas sonríe con cara de pervertido:
--está bien ¿te encargas de todo?
--por supuesto. Tendréis lo mejor.
--pero quiero que tú vengas con nosotros. Si no a ella le sonará a encerrona y no querrá venir.
A Emilio le excita la idea de irse con el guapísimo Lucas a París.
--yo me encargo de todo pero ¿seguro que no voy a molestar?
--tú estate con nosotros pero a la que yo te haga una señal pues nos dejas solos y punto.
Lucas se frota las manos. Finalmente, después de años de espera, se podrá acostar con su novia.
--Es que la primera vez tiene que ser especial.
Emilio sale que al chico lo único que le interesa es estrenar a Inma pero no le dice nada, está feliz de estar a solas con él.

A la hora de la comida, Emilio comenta con su padre que él y Lucas se irán ese fin de semana a París. Emilia está sentada en la mesa, Lucas mira a Emilia y dice:
--mi novia viene con nosotros. Será como una luna de miel.
Ese comentario ofende a Emilia. La chica tiene ganas de llorar. Se levanta de la mesa y se encierra en su cuarto. En la mesa, padre e hijo hablan de París. Lucas se ha quedado triste. Le duele la tristeza de Emilia y a la vez le da rabia que le duela.

Del otro lado del océano, Sebastián tiene que hacer un esfuerzo para no ponerse a gritar, enfrentar a Marisol pero se siente demasiado aturdido. No puede aceptar que Marisol le haya hecho algo así y la mejor manera de salir de dudas es mostrarse sumiso. Marisol confía en él. No se da cuenta que Sebastián se guarda todas las pastillas que le da en el bolsillo y luego las tira en el wáter. Si todo es tal cual escuchó, dejar de tomarlas le hará volver a la vida. Está ansioso pero también tiene miedo. Ha vivido en una burbuja todo ese tiempo y no sabe con que se puede encontrar.

Esa noche Lucas va a buscar a Emilia y se acuesta con ella todas las noches como si nada. El fin de semana se va a París tal y como tenía previsto. Emilia llora en silencio.

Inma se siente una princesa en París, en el hotel más lujoso. La mejor suite para ella. Lucas pretende impresionar a la chica. Emilio y Lucas comparten habitación doble. Todo lo está pagando Emilio jr.
--tío, esto es más de lo que esperaba. Nunca podré pagarte todo lo que haces por mi. Eres mi ángel de la guarda, mi hermano del corazón.
Lucas le da un beso en la mejilla y Emilio suspira enamorado. No dice nada y no hace falta porque Lucas lo sabe todo pero Emilio no le pide nada que no le pueda dar. Lucas se siente querido y ofrece a Emilio un cariño fraternal a la pasión de Emilio. Lucas se desnuda en presencia de Emilio. Permite que lo vea duchándose es su manera de devolverle el favor. Sabe que Emilio no le pide nada a cambio pero no le cuesta nada hacerlo feliz. Emilio se conforma con eso. Le encanta ver a Lucas en bolas, duchándose. Se siente feliz. Nunca un chico le había hecho sentir tan feliz. Se desvive por tener a Lucas contento. Es lo único que le importa, que Lucas sea feliz.
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