miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 49



Sebastian se va en el taxi sin mirar atrás. No se da cuenta que ha sido un beso robado por parte de Fer. David le da un empujón, lo rechaza. Se muestra violento.
--¿¡se puede saber qué haces?¡ ¡¡no me vuelvas a tocar en tu puta vida¡
Fer trata de justificarse pero David no le hace caso.
--¡Vete a la mierda, no quiero que te vuelvas a acercar a mi, no quiero volver a verte¡
Era una propuesta que tenía pero no lo tenía claro, para no quedar mal ante David dice:
--Era un beso de despedida. Mi padre me ha pedido que vaya a verlo a su pueblo. No sé cuando volveré.
David lo ignora y Fer se queda triste.

Sebastián le ha pedido al taxista que lo lleve a la estación del tren. Irá a su pueblo a ver a su familia. No son familia cercana con la que tenga tratos pero son su única familia y no sabe dónde ir. Triste por el rechazo de David, Fer va a esa mismo lugar para comprar su billete a fin de viajar los próximos días. Sebastián sale de la taquilla. Fer está en la cola. Se encuentran cara a cara. Fer reconoce al amor muerto de David. Se queda pálido. Sebastián también lo reconoce y siente rabia. Piensa que seguramente planea un viaje en plan luna de miel con David. Siente unos celos enormes pero no se piensa meter. Fer sufre una fuerte impresión ante Sebastián.
--¿¿qué es esto? ¡¡tú no eres un fantasma¡
Sebastián mira a Fer con desprecio. No tiene ninguna intención de dar explicaciones y menos a él. Pasa de largo sin decir nada a Fer pero Fer está muy alterado. Ha visto hundido llorando la muerte de ese hombre a David y no puede creer que ahora Sebastián esté ahí tan tranquilo. Fer agarra a Sebastián, en parte para asegurarse que es real y en parte para que no se vaya. Sebastián mira a Fer con muy mala cara.
--¿me sueltas?¡
Es una orden. Fer lo agarra con fuerza, no quiere que se vaya. Se muestra nervioso.
--¡tú tendrías que estar muerto¡ David se la ha pasado estos dos años llorando por ti¡
Fer creía que su rival era un fantasma y ahora lo tiene delante de carne y hueso.
--si claro, ya vi a David llorando por mí –dice Sebastián con burla.
Fer no entiende nada.
--¿¿qué has visto?¡
--¡He visto como os besabais¡
Sebastián esta molesto. Estira el brazo para soltarse y muy dolido dice:
--Entiendo que tú eras su novio de siempre y yo me metí en medio. David no volverá a saber de mí.
Sebastián sigue su camino pero Fer se le pone delante. El ex torero está muy enfadado.
--¡voy a perder el tren¡
--¿en serio no piensas decirle a David que estás vivo? –Fer incrédulo.
Sebastián está celoso y decepcionado. Tenía ilusiones que todo volvería a ser como antes pero, aunque le duele, entiende que David tenía derecho a rehacer su vida.
--Tranquilo, es todo tuyo. Si David ya ha hecho su vida contigo pues yo no soy nada para desestabilizarlo. Es mejor que todo siga como hasta ahora.
--¡yo no me puedo quedar callado viendo como David se hunde¡ ¡¡no puedo creer que a ti no te importe¡
Sebastián mira a Fer con desprecio. Se va acercando a las escaleras para bajar a su andén. No está dispuesto a escuchar a Fer pero Fer no se quedaría tranquilo si lo dejara ir porque ese hombre es la felicidad de su amado.
--¡yo le robé ese beso¡ Si te hubieras esperado un solo segundo habrías visto como se enfadaba conmigo, como me mandaba a la mierda y me decía que no me quería volver a ver¡ David es un muerto viviente, sólo llora y vive por tu recuerdo¡
Sebastián está demasiado confundido con todo lo que está viviendo, no está seguro que sea correcto irrumpir de nuevo en la vida de David como si nada.
--No es lo que yo vi –dice Sebastián.
Pero está dispuesto a escuchar. Se sienta en un banco. Fer a su lado más tranquilo.
--Si accedió a salir contigo no me quería tanto –reprocha Sebastián.
A Fer le parece una actitud muy egoísta.
--¿¿qué querías que hiciera? ¡¡se estaba muriendo de la pena¡
--si claro –dice Sebastián con desprecio.
Sebastián va a levantarse y Fer le agarra la mano.
--él siempre te amó, me lo dijo muchas veces. Te amará hasta que se muera. Él nunca quiso verme, fue su padre el que insistió en que me acercara a él. David está tan hundido que su padre me pidió que me acercara a él con la esperanza que saliera de la depresión en la que se ha metido. Se la pasa encerrado en su cuarto llorando. Sólo sale para ir al psiquiatra. Yo he tratado de acercarme a él pero David siempre me rechaza. No quiere saber de mi.
Sebastián se queda quieto, lo mira. Se le ve triste.
--¿David está en tratamiento?
Fer se levanta. Le pone la mano en los hombros.
--David se está muriendo, se muere de amor. No es justo que tú hagas esta maldad con él.
Sebastián lo mira con ojos llorosos. Fer sigue hablando. Por ese hombre perdió a David y le duele que David no llegue a saber que no está muerto.
--Le tienes que decir que estás vivo. Aunque ni yo mismo entienda ¿¡cómo es que estás vivo?¿¿todo fue una burla?¡
Sebastián está conmovido por todo lo que ha descubierto, por saber que David está sufriendo.
--No creo que tenga que darte explicaciones a ti.
--pero habla con él, aunque creo que es mejor que esperes a mañana que vaya a su terapia. En la mañana va a un grupo de apoyo. Si te presentas así le dará algo. Ya que yo estropeé vuestro reencuentro deja que os ayude.
El ex torero sigue sin confiar en Fer.
--¿y porqué tú ibas a hacer eso? Tú lo amas.
--pero él te ama a ti.
Los dos se miran fijamente. Sebastián está muy emocionado.


Por su lado, Lucas y Emilia están ya en la casa. Él sube a su cuarto.
--quiero estar solo –le dice a ella que lo está siguiendo.
Emilia ama a ese hombre, no soporta verlo triste. Como sabe que el sexo es lo que más le gusta, trata de seducirlo. Ella lo besa con pasión, lo quiere desnudar pero él la rechaza.
--así no se arreglan las cosas –dice serio.
Ella le saca la camisa, le come los pezones. Él jadea pero se siente mal sintiendo placer cuando el cádaver del difunto Emilio está aún caliente.
--Dejame en paz, ¿¡porqué no vas a ocuparte de tu hija para variar en vez de acosarme y querer meterte en mi cama?¡
Él es brusco, quiere ofenderla y lo logra. El comentario le duele mucho a Emilia. Incluso Lucas se da cuenta que se ha pasado y tiene miedo de perder el apoyo de la chica.
--¿crees que soy mala madre? –pregunta ella triste.
A él le sabe mal haberla ofendido y es consciente que debería pedirle perdón pero no lo hace. Se sienta en la cama. Se muestra brusco.
--ya te dije que quiero estar solo.
Pero Emilia no está dispuesta a dejarlo solo. No con esa tristeza. Sabe que echar un polvo le quitaría al chico esa amargura que tiene y además que no quiere que sean las de Inma las últimas huellas que tenga el cuerpazo de ese chico que tanto le gusta. Se desnuda ante él. A Lucas le emociona que Emilia lo quiera tanto, que no le moleste humillarse ante él. La recibe en su cama. Él se desahoga. Es un polvo muy rápido que sólo sirve para que él se descargue. Ella disfruta estando con él, viéndolo relajado.
--ahora sí vete, ya te he dado lo que querías –serio.
A ella le duele que la trate como si sólo quisiera sexo pero no le dice nada. Ve que no está tan triste, que no están tan apagado y con eso se conforma. Él se queda desnudo en la cama. No dice nada. Ella se viste en silencio, sólo antes de irse le dice:
--pero estaré ahí siempre que lo necesites.
Ella lo deja solo, él con las manos bajo la nuca. Se queda un rato así, desnudo. Medio sonríe. Le gusta que Emilia sea tan sumisa, que se deje dominar por él. La compañía de ella, el sentirse tan deseado por Emilia hace que vaya olvidando su culpa por la muerte de Emilio y que se sienta el gran macho aunque no sea capaz de preñar a una hembra. Se levanta. Va desnudo hacia el baño. Se da una buena ducha. Eso lo acaba de relajar. Está mucho rato en la ducha, el agua, el jabón cayendo y deslizando sobre su hermano cuerpo desnudo lo relajan. Sale del baño mojándolo todo. Se va secando con la toalla. Su habitación da al jardín. Se escucha la risa de María. Es una risa alegre, llena de vitalidad. Muy contagiosa. La pequeña vive feliz, es imposible sentirse tristeza estando cerca de ella. Emilia juega con su hija en el jardín. No se da cuenta que un desnudo Lucas se ha asomado a la ventana y las está observando. Sonríe con dulzura. El guapísimo chico se viste deprisa. Baja y se acerca a ellas. Camina seductor. Emilia lo ve y muere por él.
--¿puedo jugar con vosotras?
La niña es muy abierta. Enseguida le agarra de la mano y lo une a sus juegos. Pocas veces Emilia está junto a Lucas fuera de la cama y eso la hace feliz. Sonríe enamorado y él sonríe. Emilia se derrite.

Al día siguiente, Sebastián y Fer están en el coche esperan que David vaya a su terapia. El ex torero está muy nervioso.
--¿¿seguro que viene?¡ ¿no me estarás tomando el pelo?
Fer le sonríe con ternura. Le sabe mal que no confíe en él pero entiende que no pueden ser amigos. David aparece en ese momento, solo y triste como siempre. Sebastián siente que el corazón se le va a salir por la garganta. No le hace gracia que sea Fer quien se le acerca a David pero entiende que tampoco puede acercarse así como así. Observa. Se da cuenta que Fer no mintió, que David no tiene nada con su ex. A David le molesta ver a Fer, lo rechaza.
--¿¿cómo te atreves a venir después de lo que me hiciste? ¡¡dejame en paz, no quiero saber de ti¡
Sebastián escucha desde el coche revolucionado.
--tengo que hablar contigo, es importante.
A Fer le parece increíble tener que preparar a alguien para darle una buena noticia pero lo ve necesario. David va a entrar en la consulta, no le quiere escuchar. Entonces Fer le suelta:
--¡Sebastián está vivo¡
David se gira muy molesto.
--¿¿qué clase de broma es esta?¡
Sebastián ha salido ya del coche. Se acercando sonriendo dulcemente. David sufre un fuerte impacto al ver a su amado supuestamente muerto yendo hacia él.




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