lunes, 24 de enero de 2011

Capitulo 11



Sebastián y David cada uno desde su ordenador, se miran, se hablan. Hablan de tonterías cuando se quieren decir que se gustan mucho, que quieren estar juntos. David le quisiera decir que le ha dolido lastimarlo y Sebastián que le ha dolido que él lo lastime pero ninguno de los dos habla con profundidad. Están un buen rato juntos.
--bueno, ya me voy a dormir. Mañana trabajo –dice Sebastián que se desconecta de golpe para evitar que David lo vuelva a ofender.
David se tumba en la cama triste. Le da rabia pensar que mientras él sufría pensando que Sebastián se había enojado y a lo mejor no se volvía a conectar, éste se estaba acostando con su novia. A Sebastián le duele que David piense en acostarse con su novio después de haber estado con él. Se vuelve a desnudar, se queda en bóxers. Se acuesta enfadado.






A la mañana siguiente, Fer y David se encuentran en clase. David evita besar a Fer, quedar con él. Fer ha tratado de hacerse el que no pasa nada pero ya no tiene sentido, lo que más le duele es que no ve a David feliz. Agarra a su novio de la mano:
--espera, tenemos que hablar.
David no es capaz de mirarlo a los ojos. Lo que menos quiere es hablar con él.
--llegaremos tarde.
--No importa –Fer serio.
David cada vez está más nervioso.
--si es porque esta tarde tampoco puedo ir a tu casa es que…
David se quiere inventar una excusa pero Fer no le ha pedido una justificación ni la quiere escuchar. Fer lo besa en los labios, está muy triste.
--No me digas nada, bueno sólo una cosa y por favor dime la verdad. Sé que no quieres estar conmigo, ya no me amas y yo no quiero ser una carga para ti. Quieres que terminemos, amas a otro ¿verdad?
A David le conmueve mucho las lágrimas de Fer, no cree que su relación con Sebastián tenga futuro pero no quiere tener que mentir para estar con él. David acaricia las lágrimas del que todavía es su novio.
--No quiero dejar de ser tu amigo.
Fer llora. Es el día más triste de su vida pero no quiere seguir engañándose.
--dime la verdad –pide con la voz rota—creo que almenos eso que lo merezco.
--Sí, hay otro. Ya no quiero estar contigo. No como hasta ahora.
Fer se derrumba. Hubiera querido que David se le riera en la cara, que le dijera que está loco, que nunca ha habido otro, que quiere estar con él.
--¿¿Quién es?¿cómo pasó? –pregunta entre sollozos.
David sabe que Fer está sufriendo y eso le duele mucho.
--No me hagas esto. Lo mejor para los dos es terminar.
Fer mira a David con rencor.
--¡vete a la mierda¡ ¡¡ahora soy yo el que quiere alejarse de ti¡
David quiere hablar con él pero Fer no se lo permite. Se va corriendo. David lo observa lloroso.
--lo siento, lo siento mucho.
Le duele hacer daño a Fer pero está demasiado feliz con Sebastián, quiere intentarlo y no quiere tener a Fer sólo como premio de consolación.

Esa misma tarde, Emilio se encuentra nuevamente en la biblioteca al moreno al que le vio el pene el día anterior. Va al lavabo justo en el momento en el que Emilio está yendo. No le parece muy guapo pero es atractivo. Tiene algo que lo seduce. Su culo casi inexistente lo hace sexy. A Emilio le excita escuchar lo fuerte que hace pis. Le ve la verga en el momento en el que se pone en el urinario de al lado. Se le ve un segundo pero no es de muy buen ver. Pequeñita, delgadita y muy clara pero vaya que a Emilio le encantaría hacer grande en su boca. Ya no se la vuelve a ver, después sólo le ve las manos y eso que está en el lado donde siempre le va mejor mirar. Coinciden en la salida, en la calle. Emilio le va detrás un rato. Le seduce cuando camina, es muy masculino. Le gusta el chico. El guapo habla por el móvil. A Emilio le gusta escuchar su voz. Ese moreno le encanta. Emilio quisiera no alejarse nunca de ese joven que lo ha seducido pero se da cuenta que el chico lo está mirando de reojo molesto y decide ir por otra calle pero lamentando mucho alejarse de esa buena vista.
Por otro lado, Emilia baja por la misma calle por la que sube el chico. Al verlo ella vibra.
--¡wow¡ ¡¡es guapísimo, impresionante¡
El impacto de Emilia por ese chico es brutal.
--¡Ese es el hombre que he estado buscando toda mi vida¡¡es un morenazo increíble, espectacular¡ ¡¡que guapo, que buenorro¡ --va diciendo.
Le gusta mucho el chico. Le sorprende su cara de enfadado. Tiene cara de mala leche pero muy guapo.
--¡¡¡muy, muy muy guapo¡ --se va diciendo ella.
La joven está revolucionada. Ese chico le ha gustado mucho. Le gusta su cara y algo más.
--¡pedazo de culo¡
Lleva unos jeans y a la chica le gusta ese culito. Muy pequeño, plano en la parte de abajo del pantalón pero le hace dos pequeñitas montañas en la parte de arriba.
--¡es algo digno de ver sin ropa¡ ¡¡un príncipe, así lo quisiera yo para para mí¡ --va diciendo ella.
Cuando están el uno frente al otro, el chico sonríe ya que se ha dado cuenta de cómo lo mira la joven y le gusta. Ella se muestra coqueta.
--¿porqué estás enfadado? Eres demasiado guapo para estar enfadado. Me encanta tu sonrisa.
Él se muestra seductor.
--nada, un maricón que me perseguía.
--No me extraña. Estás muy bueno.
Él le guiña el ojo.
--si o qué?
Los dos son muy coquetos.
--¿vamos a un sitio más íntimo? –dice él.
Ella está a sus pies. En el auto de él, aparcado en una calle desierta, fornican como bestias. Él jadea mientras se abrocha los pantalones.
--Eres una bestia, eres genial –jadea excitado.
Los dos se miran con cara de depravados.
--te quiero volver a ver.
--cuando quieras –él encantado.
Ella saca un pintalabios de su bolso y le pinta el número de su móvil en el torso. Él la mira muy sensual mientras ella desaparece tan rápido como ha aparecido.




Emilio padre, por su lado, recibe una llamada del detective que ha contratado. Ha averiguado cosas de Marc.
--En unos días le paso el informe completo.
Emilio quiere ver a Marc.
--¿dónde vive? ¿lo tiene ahora localizado?
Marc ha salido de su trabajo y está yendo a su casa. Emilio agarra su moto, que es de las grandes, y se presenta veloz a la zona. Aparca la moto y camina, hace el que se encuentra a Marc de sorpresa. Marc le sonríe. Su mirada penetra a Emilio. Es una mirada muy seductora, se le ve alegre. Le saluda simpático.
--hasta luego, que vaya bien.
Marc tiene intención de pasar de largo pero Emilio se coloca a su lado, camina con él.
--Esto sí es una coincidencia ¡con el tiempo que hacía que no nos veíamos¡ ¿dónde te has metido? No se sabía nada de ti.
Emilio está muy sofocado. Ha perdido dos oportunidades de hablar con el hombre por el que ha suspirado 30 años y no iba a perder una tercera. A Marc le sorprende el interés de Emilio hacia su persona.
--Mi familia sabía de mí. No he estado desaparecido. Hablas como si me hubieras investigado.
Emilio pone cara de travieso.
--¡cómo se te ocurre¡
--de ti no me extrañaría.
Marc se muestra a la defensiva y eso es algo que duele a Emilio:
--¿me recuerdas con rencor?
Marc lo mira con indiferencia.
--en realidad no te recuerdo.
--¿porqué no vamos a tomar algo y nos ponemos al día?
Emilio se muestra ilusionado. Marc no.
--No tengo tiempo. Mi marido me está esperando.
Esto es para Emilio una puñalada aunque ya lo había visto acompañado.
--¿te casaste?¿te casaste con un hombre?
--claro, yo no soy como tú.
Es un reproche, Emilio se da cuenta que no lo olvidó. Marc se va, Emilio se queda triste. Se le escapa una lágrima.

Esa misma noche, Sebastián está conectado al ordenador. Espera a David ansioso.
--¿porqué no se conecta?
David está en su habitación con muchas ganas de estar con el torero pero se quiere vengar por lo que pasó el día anterior, se la quiere devolver. Aunque iba en camiseta y bóxers se viste para que parezca que llega de la calle. Luego se conecta.

En ese mismo instante, Emilia cena con la familia de su novio. Es una fiesta de bienvenida al hermano de Esteban que llegó hace un par de días. El chico luce orgulloso a su novia como un bonito trofeo, quiere que su hermano la vea para que se muera de envidia. Emilia se ve incómoda, ve a Esteban tan pequeño al lado de ese joven desconocido que la ha seducido pero no quiere hacer quedar mal al chico. Esteban se la ha pasado hablando a su hermano de lo bonita que es su novio, quiere sentirse superior a su hermano:
--te apuesto a que nunca has estado con una chica tan bonito –le ha dicho.
El hermano de Esteban es precisamente el moreno que ha seducido tanto a Emilio como a Emilia. Ambos se sorprenden al verse. Emilia quiere que la tierra se la trague. Él pide una copa y dice ante la familia y el resto de invitados:
--por mi hermano y la golfa de su novia a la que me he tirado esta tarde.
Emilia se va llorando. Esteban se derrumba por la humillación. Corre a encerrarse a su habitación, el hermano sonríe burlón.

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