Es día de celebración para Emilia, su pequeña María recibe el alta. Emilio padre, con bastón, va a buscarlas. Llegan juntos a la casa. Emilio jr es el único en recibirlos. A Emilia le duele mucho que Lucas no haya bajado. Lo desea pero no piensa dejarse humillar por él de nuevo. Lucas lleva semanas sin hacer el amor y confía en que Emilia vaya a buscarlo. A Emilia le cuesta pero no va. Finalmente es Lucas quien llama a su puerta. Ella lo espera ansiosa:
--pasa.
Emilia se muere de ganas de acostarse con él pero no se lo quiere poner fácil, quiere que le pida disculpas por lo mal que la ha tratado pero al verlo entrar en bóxers no se puede resistir y lo besa. Se tira en sus brazos y hacen el amor. Mientras la pequeña María duerme en su cunita en la habitación continua.
Emilia está feliz al lado de Lucas. Los dos desnudos. Ambos hacían semanas que no tenían sexo pero él es quien más lo ha echado en falta y se muestra dócil. Ella acaricia el torso desnudo de él. Estaba deseando estar así con él.
--pensé que te me resistirías más. Se nota que tu novia aún es virgen y has estado a dieta.
A Lucas le molesta que Emilia diga eso pero ella tiene razón. No dice nada. Se levanta de la cama. El culo desnudo de él hace arder a la joven. Está apunto de pedirle perdón por el comentario para que no se vaya pero siente que tiene las de ganar, que es el momento de dejarle las cosas claras.
--No te volveré a buscar, si quieres que nos acostemos me tendrás que venir a buscar tú. Yo no te diré que no pero tienes que venir tú –le dice acariciándole la espalda con deseo.
Lucas se queda quieto. Desnudo. Deja que ella lo acaricie. Se muestra sumiso. Emilia está encantada.
--Quiero que dejes a Inma, sino no vuelvas.
Lucas no la mira. Se agacha, haciéndola enloquecer del gusto, para ponerse el bóxers. Se lo sube. Sin mirarla dice:
--esta tarde hablo con ella.
El chico se muestra algo tosco pero ella se queda contenta. Lucas va hacia la puerta. Emilia lo mira con deseo. Es el peor amante que ha tenido, se viene nada más empezar y ella no logra placer pero es el chico que más le ha gustado. Nunca había sentido una atracción tan fuerte por nadie. Siente un placer indescriptible al sentir al chico desnudo sobre ella. Emilia susurra un Lucas. Él se gira. La mira pero no dice nada.
--ansío el momento de poder manifestar abiertamente lo que tenemos.
Es algo que al chico le toma de improvisto pero no dice nada. Abandona la habitación y la chica se queda desnuda en la cama.
Emilio hijo ve salir al chico en calzoncillos del cuarto de su hermana. Lo mira con deseo. Le sonríe cariñoso. Lucas le guiña el ojo cómplice y Emilio se derrite. Lucas corre hacia su dormitorio, Emilio lo sigue con la mirada lleno de deseo hasta que el chico desaparece de su vista. Ningún chico le había gustado tanto como Lucas. Le encanta estar con él, verlo y si es sin ropa mejor.
Cerca está la habitación de David. Para él el mundo se ha detenido. Se la pasa llorando en la cama por Sebastián. No soporta pensar que nunca más lo volverá a ver. Mira el poster que tiene en el armario o la foto que tiene en la mesita de noche. Cuando no mira las fotos que tiene en el móvil. Hace casi tres meses que vive sin Sebastián, la soledad se le hace muy dura. Lo echa mucho de menos. Mira la foto de la mesita, a veces le habla. Necesita sentirlo cerca de él. Es lo único que alivia su estado de ánimo que en sus propias palabras es “asqueroso”. Aunque el tiempo se ha parado para él, aunque David no quiere sentir que la vida sigue y Sebastián no está a su lado, no olvida que ese día sería el cumpleaños del torero, el primer cumpleaños que pasarían juntos pero en cambio Sebastián está muerto y David siente que ha muerto con él. Le habla a la foto, la acaricia llorando amargamente. Las lágrimas lo ahogan, le cuesta hablar. Solloza.
--hoy es tu cumpleaños, hoy harías 25 años. ¡cuántos años nos han robado¡ ¡Qué injusticia que han cometido con nosotros y sobretodo contigo, te han robado el derecho más sagrado que tenemos: la vida. Si es cierto que Dios existe ¿¡quién es él para robarme lo que más quiero?¡ No se supone que es bueno ¡Pues no lo parece¡ Se supone que uno tiene que aceptar bien contento su voluntad pero me es del todo imposible. Nunca podré aceptar que no te podré volver a ver.
David llora. Se retuerce de dolor, una parte de él se ha ido desde que supo que murió Sebastián y no puede vivir.
En ese mismo instante, Sebastián se está dando una ducha. El agua cayendo sobre su desnudo cuerpo lo relaja. Aunque Marisol le ha hablado de una vida feliz, se siente vacío, siente que le falta algo importante, algo sin lo que no puede vivir. Eso le hace sentir triste y aún más aturdido. Sebastián tiene los ojos cerrados, el jabón desliza por su torso desnudo, sus genitales. Está absorto, relajado. Se sobresalta al notar unas manos en su cuerpo. Marisol ha entrado desnuda en la ducha. Sebastián se aparta de ella.
--¿¡qué haces?¡
El ex torero tapa con sus manos sus genitales. Ella pone sus manos sobre las de él tratando de separárselas.
--No te tapes, me gusta mucho verte desnudo. ¿no te gustaría hacer el amor en la ducha?
Él está muy tenso:
--¡ya sabes que no puedo¡
Ella lo abraza. Se muestra seductor:
--si nos duchamos juntos tal vez…
Él se muestra incómodo:
--prefiero ducharme solo.
Él apoya su culo en la pared, no separa sus manos. Así protege su desnudez totalmente de la ansiosa mujer. Ella es muy apasionada. Le acaricia el torso, va bajando hacia el ombligo.
--soy tu esposa, nos amamos.
Él deja que la mujer disfrute de su desnudez unos segundos pero agarra una toalla para cubrirse.
--ya sabes que no me gusta que me veas desnudo –molesto.
--¡pero soy tu esposa¡ --protesta frustrada.
Él se muestra distante.
--No me gusta.
Él entra en la habitación. Ella se queda frustrada. Sebastián se sienta en la cama, siente un vacío en su alma, una gran angustia. Sus ojos se llenan de lágrimas. Sabe que le falta algo y le crea una gran desesperación no acordarse de nada.
Esa misma noche, Emilia espera con impaciencia su encuentro con Lucas. Quiere cenar en la mesa con su familia pero su pequeña tiene hambre y tiene que estar por ella. Cuando baja al comedor, Lucas ya no está. Le duele que él no la haya esperado. Está muy ansiosa, quiere estar con él. Lucas la hace esperar. Le da rabia que ella se le haga la dura, que tenga que ser él quien vaya detrás de ella. Le gustaría no tener que depender de ella para desahogarse pero Emilia es la única en ese momento que le ofrece sexo, que está dispuesta a acostarse con él. Espera en la madrugada. Va en bóxers. Lo que quiere es provocarla. Emilia lo ve aparecer casi desnudo, con una sonrisa seductora, pierde el mundo de vista. Él la va besando. Ella no quiere perder lo que había ganado.
--dime que has roto con Inma –gime ella.
--No –dice él con una sonrisa traviesa –No hemos roto.
Ella se enfada pero apenas le dura unos segundos. No puede estar enfadada con él. Hacen el amor. Ella está tan contenta. Ya no está sola, tiene a su hija y ahora tiene a un hombre a su lado. La pequeña María llora y ese momento es el que aprovecha Lucas para desaparecer. No han hablado del futuro pero Emilia está segura que a Lucas ya le ha quedado claro que las cosas no van a volver a seguir como antes, que ya no se va a dejar humillar por él. Saborea el sabor de sus labios, de sus caricias.
--es un patoso, aunque presume de muy macho –dice fascinada—no hay manera que me haga gozar cuando está dentro mío pero tengo bastante con sentir su cuerpo desnudo. Es una pena que tengamos que vernos en la clandestinidad, con prisas. Me gustaría tanto poder recorrer su cuerpo tranquilamente, que él haga lo mismo con el mío.
Se va tocando desnuda en la cama pensando en Lucas, celebrando que lo tiene junto a ella, que en cualquier momento él dejará a su novia y su relación será oficial. Almenos eso piensa ella. Jadea metiéndose los dedos. Mientras, Lucas entra en su dormitorio, se tumba en la cama, con los brazos bajo la almohada.
--sigue siendo la misma golfa de siempre. La tengo a mis pies, hago lo que quiero con ella.
Lucas sonríe con cara de degenerado, se siente el muy macho, muy hombre por poder acostarse con Emilia siempre que a él le apetezca sin ningún tipo de compromiso y sin que ella oponga resistencia.
Lucas sonríe con cara de degenerado, se siente el muy macho, muy hombre por poder acostarse con Emilia siempre que a él le apetezca sin ningún tipo de compromiso y sin que ella oponga resistencia.
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