miércoles, 26 de enero de 2011

Capitulo 52



Lucas y Emilia están en la consulta de la ginecóloga. En la ecografía que le hacen a la feliz futura madre se ve claramente que el bebé que espera es un varón. También sabe que está totalmente sano. Ella está emociónada.
--Lucas, me gustaría que se llamara Lucas.
Luego lo mira a él temiendo que a él le parezca mal, que crea que así se salta el acuerdo que tienen. Lucas no puede evitar llorar. Es su hijo el que está en la pantalla. Besa a Emilia y con un hilo de voz por la emoción dice:
--sí, me gustaría.
Se besan entre lágrimas. A él le sale del alma:
--¿te quieres casar conmigo?
Emilia no da crédito a lo que oye. Jamás pensó que Lucas le haría una propuesta así.
--¿estás seguro? Creí que no querías que nadie lo supiera. Si te presioné por lo del nombre, no lo pensé. No te pido nada.
Lucas está muy feliz, es muy cariñoso con ella.
--perdóname por haberte dejado sola con la bronca de tu padre, te dijo de todo y yo me callé. Tú pudiste dejarme en evidencia, contar lo de la inseminacion y callaste.
--No tengo nada que perdonarte.
La pareja sale de la consulta muy contenta, abrazándose, haciéndose arrumacos, besándose. Lucas está deseando gritarle al mundo que va a ser papá y que es el hombre más feliz del planeta. Emilia quiere calmarlo, no quiere que se precipite y que luego se arrepienta de haber hecho oficial esa relación tan extraña que los ha unido desde que se conocieron. A Lucas sólo le preocupa una cosa:
--¿es que no me amas?
Ella se le ríe:
--es broma ¿no?
--¿te avergüenzas de mi?
Emilia responde incrédula pero con cariño:
--Eres mi vida, lo daría todo por ti. Moriría por ti.
Lucas la abraza con fuerza y por primera vez dice, y gritando:
--¡te amo, que lo sepa todo el mundo¡ ¡te amo y voy a ser papá¡
Lucas no puede ni quiere callarse. Entra en la casa gritando que va a ser papá y que él y Emilia se van a casar. Marc y Emilio están trabajando en el despacho. Se nota la tensión entre ellos, Marc no quiere ser más que un empleado por mucho que Emilio desee llevárselo a la cama. Salen juntos tras al escuchar los gritos de Lucas. Marc no toma bien la noticia que el hijo de su sobrino va a ser el nieto de Emilio. Va a protestar pero Emilio no se lo permite. Es la primera vez que sonríe tras la muerte de su hijo, también la primera vez (desde esa fecha) que se acerca a su hija, que la abraza.
--¡hay que poner fecha a la boda ya¡
Emilio está muy ansioso. Esa boda, ese bebé es una unión para siempre con Marc y eso le hace mucha ilusión. María se acerca con curiosidad.
--Ven aquí, hija –le dice Emilia amorosamente.
Emilia pone la mano de su pequeña en su vientre para que acaricie a su hermanito. Lucas las abraza a las dos. Se muestra muy cariñoso con ambas. Marc se mantiene al margen. Emilio le guiña el ojo, Marc se siente muy incómodo. Una empleada se acerca y le dice a su patrón:
--alguien lo quiere ver, es un mendigo pero ha insistido en verlo.
--¿un mendigo? Querrá comida, atiéndalo usted –dice Emilio sin interés.
--en realidad preguntaba por el niño David, ha tocado por la puerta principal pero los guardias no le han dejado entrar y yo lo he hecho pasar por la cocina. Dice que es muy importante que hable con usted.
Intrigado, Emilio se acerca a la cocina. Mal aseado, sin afeitar. Emilio no reconoce a Sebastián. El ex torero está muy nervioso.
--se acuerda de mi, don Emilio? Soy Sebastián, el que fuera novio de su hijo David. Estuve en su casa cuando se quiso suicidar.
Emilio se impresiona al descubrir que su hijo tenía razón.
--pero ¿no estabas muerto?
--David debe estar muy preocupado porque desaparecí justo el día que nos volvimos a ver. Nos íbamos a ir de viaje. ¿él no le dijo nada?
Emilio se lleva las manos a la cabeza. Se siente un miserable por haber encerrado a su hijo sin motivo.
--¿ocurre algo? –Sebastián.
Emilio es muy cariñoso con el torero.
--ven, pasa. No quiero que mi hijo te vea así.
Emilio lo acompaña a su cuarto. Sebastián se desnuda mientras Emilio le busca ropa limpia. El torero se afeita y se ducha. Emilio a su lado. Aún no puede creer que el hombre por el que ha llorado su hijo esté vivo. Sebastián le habla de su cautiverio en México, luego de su secuestro, de ese hijo impuesto. Si no fuera porque lo ha visto en ese estado, Emilio no se creería nada de esa historia. Sebastián sale de la ducha totalmente desnudo. Se le ve preocupado.
--¿cree que David me va a creer?¿que entenderá lo de mi hijo?
Emilio le pone la mano en los hombros, es muy paternal con él:
--Mi hijo ha vivido un infierno. Te ama demasiado como para dejarte ir.
Sebastián está muy ansioso, tiene ganas de ver a David, que la pesadilla acabe para los dos. Le reconforta saber que Emilio cree en él.
--Yo voy a averiguar bien donde está tu hijo, lo importante es que le hagan un adn para estar seguros que es tuyo.
A Sebastián le gustaría estar equivocado pero no lo cree.
--No se imagina la impotencia que sentí cuando no pude impedir que me sacaran –le da vergüenza decirlo y recordarlo—ya sabe.
La cara de Sebastián no deja lugar a dudas. A Emilio se le eriza la piel sólo de pensarlo. El ex torero sigue desnudo. Emilio lo abraza, lo besa en la mejilla muy paternalmente.
--Mi hijo te entenderá y sino yo mismo hablaré con él. Te ayudaré, no permitiré que mi hijo comenta un error.
El desnudo Sebastián se funde en sus brazos. Llora. Emilio no deja de acariciarlo.
--ya cálmate, quiero que estés bien cuando mi hijo te vea.
Se acercan a la cama en donde Emilio le ha preparado la ropa. Sebastián agarra los bóxers, está delante de Emilio.
--hablaré con mi abogado para ver que trámites tenemos que seguir para arreglar tu situación legal y a ver cómo están tus bienes.
Sebastián se lo agradece. Han ido hablando de David. A Sebastián le impresiona saber que se la ha pasado encerrado, hablan también de Fer.
--No puedo creer que a Fer lo mataran porque intentó ayudarme.
--David entró en shock, ninguno creíamos en él cuando aseguraba que estabas vivo.
--Me gustaría hablar con los padres de Fer ni que sea para agradecerles lo que quiso hacer su hijo.
--Sí, les gustará saber que la muerte de su hijo fue un acto de generosidad.
Sebastián se ha ido vistiendo. Se abrocha los pantalones, siente que el corazón se le va a salir por la garganta. Está feliz con la idea de volver a ver a David, de arreglar las cosas con él.


David pasa las horas encerrado en la habitación de la clínica. Le dicen que su padre quiere verlo.
--¡que se largue¡ ¡¡no quiero ver a nadie¡
--¿ni siquiera a mi? –le pregunta Sebastián, que está detrás de la enfermera, dulcemente.
A David se le ilumina la cara.
--¡viniste, por fin¡
David salta de la cama. El uno corre hacia los brazos del otro. Se abrazan con tantas ganas que parece que vayan a arrancarse la piel. Se tocan, lloran, quieren estar seguros que al fin están juntos.
--¡no sabes el tiempo que llevo esperándote¡ --David.
Se acarician, se besan entre lágrimas.
--tengo que contarte algo, sé que no te va a gustar.
Sebastián está serio. David se abraza a él con una sonrisa.
--No me importa nada, sólo que estamos juntos.
David no hace preguntas, no quiere respuestas. Sólo piensa en que están de nuevo juntos. Los dejan solos. Sebastián agarra de las manos a David, se sientan en la cama.
--tenemos que hablar.
Pero David no quiere hablar, sólo quiere besarlo, salir de ahí, alejarse del mundo y vivir sólo para amar a Sebastián y ser amado por él.
--tenemos que hablar, es importante.
Pero David tiene muchas ganas de salir, de ser libre y de estar con Sebastián. No tiene ganas de hablar pero Sebastián quiere contarle todo lo que ha vivido en los últimos meses y cómo no logra que David se quede quieto, que lo escuche, le suelta:
--tengo un hijo.
David se queda en shock. Está pálido, no es capaz de decir nada. Sebastián es muy amoroso con él. Lo abraza.
--ven, vamos a hablar.
David está temblando. Sebastián hace que se siente de nuevo en la cama.
--escúchame bien.
David escucha porque no puede hablar de la impresión. David se queda con la boca abierta mientras Sebastián le cuenta todo lo que ha vivido con Marisol y como ha llegado a convertirse en padre aunque ni siquiera está seguro de eso. David se levanta de la cama, reacciona con violencia.
--¿¿crees que voy a creer esta historia?
Sebastián le pone las manos en las mejillas. Es muy dulce con él.
--si me amas, tienes que creer en mi.
David llora.
--¿¿porqué me has hecho esto?¡¿cómo has tenido un hijo con esa loca que tanto daño nos ha hecho?¡ ¡Esa loca nos arruinó la vida y tú le das un hijo¡ ¡¡Eres un miserable¡
Sebastián sufre, no le gusta ver llorar a David. Le duele causarle ese dolor.



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