lunes, 10 de enero de 2011

capitulo 1


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Se vive un día histórico en Barcelona. El gobierno catalán vota si se prohíben o no las corridas de toros en Cataluña. Es un día muy importante para los antitaurinos. Muchos llevan años luchando ante esa cruel forma de maltrato animal. Otros, por edad, llevan poco tiempo pero lo viven con intensidad. Uno de los más atrevidos es David, un guapísimo joven de 18 años. Él y otros se desnudan en su totalidad delante del Parlamento.. Al lado de David está Fer, el chico lo mira sorprendido Fer lleva pancartas pero no está dispuesto a sacarse la ropa. Se queda helado al ver que David no sólo se saca la ropa sino que hasta se quita los calzoncillos luciendo su colgajo ante todo el mundo, incluidas las cámaras de televisión.
--¿¿qué haces, David?
--¡Así es como hay que defender al toro en igualdad de condiciones que los toros¡
--¡Estás loco¡
A David le sabe mal que su novio no lo apoye.
--Fer, mi amor, ¿es que tú no te vas a sacar la ropa?
--¡ah, no… ni loco¡¡que me da corte¡
--A mi también me da vergüenza pero es por los animales.
David lo toca como queriendo quitarle la ropa y Fer se sofoca.
--¡No, no¡
David se muestra cariñoso, pícaro.
--hazlo por mi, en la noche te lo compenso.
David trata de “sobornar” a Fer con placeres sexuales para que se una a los que están desnudos que tampoco son muchos pero Fer se niega.
--Yo te quiero mucho, David, pero no. Ya hago bastante con estar aquí.
Este último comentario no le gusta nada a David.
--¡Lo dices como si te diera igual lo que estamos viviendo¡ ¡hoy es un día muy importante para los derechos de los animales¡
Fer no quiere que su novio se enfade con él y muestra un interés que en el fondo no siente. No le gustan para nada las corridas de toros pero considera que no se va a lograr nada prohibiendo las corridas en la región porqué los seguirán matando en otro lugar. Eso nunca se atrevería a confesárselo a David que se ha tomado el asunto de una manera muy apasionada. Fer saber perfectamente que David lo dejaría si le cuenta exactamente lo que piensa. Sólo se atreve a decir:
--¿y qué pasa con las otras fiestas en las que también se torturan a animales?
--poco a poco, Fer.
Fer piensa que tampoco les hubiera costado nada hacer extensiva la ley a todas las fiestas no sólo a las que no son propias de esa región. Llegan las autoridades que están a favor de las corridas acompañados de toreros. David se suma a los que reciben a los toreros al grito de:”asesinos, asesinos¡”
En el instante que se está realizando la votación. David y los otros que están desnudos pintan su cuerpo con sangre para simular la matanza de los animales a los que están defendiendo. En todo momento, Fer, con su pancarta en la mano, se mantiene en un discreto segundo plano.




En otra parte de la ciudad, en una lujosa y gran casa de la zona más exclusiva de la ciudad, un guapo madurito de 50 años y un jovencito de 18 años fornican como bestias. Están en una de las habitaciones principales de la casa. Sus jadeos son fuertes. Se escuchan por el pasillo. Un hombre de 30 años (bastante feo) escucha esos gemidos con amargura y frustración:
--¿porqué mi padre y no yo?
Se pone cachondo escuchando como ese joven tan guapo y seductor se acuesta con su padre.
--¡que polvo, Rachid¡ ¡¡que polvo¡ --jadea el madurito.
El jovencito es el activo.
--¿¡te gusta mi verga? ¿¡a que es fantástica?
--¡métemela toda¡ ¡¡quiero sentirla toda¡ --jadea-- ¡¡más rápido¡ ¡¡así… ah…¡

El gobierno catalán aprueba la abolición de las corridas de toros aunque no el maltrato de esos animales en fiestas catalanas. A Fer le parece una hipocresía. Los antitaurinos consideran que es cuestión de tiempo pero Fer no lo ve así, ve algo más político que no una defensa de los animales en esa ley pero prefiere callar porque ni David ni los otros lo entenderían.
Mientras los toreros presentes en la sala lloran por la postura del gobierno catalán en lo que es uno de sus días más grises, los activistas tanto los que están dentro del parlamento como los que están fuera se abrazan y celebran su victoria. David y los otros desnudos se van abrazando entre ellos. David busca a Fer para abrazarlo pero el chico se esconde para evitar que su novio lo abrace todo manchado de sangre. El primero en salir y dar su declaración es un torero joven y guapo. La prensa se le acerca.
--¡Sebastián, Sebastián¡ ¿Qué opina de lo que ha pasado hoy aquí?
Muy serio y hablando en voz alta para que se le oiga por encima de los abucheos dice:
--Yo principalmente creo en la libertad, en el respeto. A Quién le gusten los toros que vaya y a quien no le guste que no vaya pero prohibirlos me parece un atentado contra la democracia.
--¡¡¡ASESINO¡¡ASESINO¡ --no dejan de gritarle los antitaurinos.
Sebastián siente pasión por su profesión, cree en lo que hace.
--Es mentira que el toro sufra ¡¡que disparate¡ el que diga eso es porque nunca ha visto una corrida. Esto es arte, el toro da su vida por ese arte al igual que el torero.
Estas declaraciones de Sebastián enojan mucho a David que desnudo y manchado de sangre como está se pone en frente del torero y le dice:
--¿¿y tú le has preguntado al toro, cabrón?¡¡¡
Sebastián no cae en las provocaciones de David ni de los otros. Quiere dar la imagen que él defiende su profesión de una forma pacífica y que en cambio los otros son unos vándalos que no están ahí porque les preocupen los toros sino para armar bronca. David no es una persona violenta pero es que le da mucha rabia las palabras del torero y no puede quedarse callado.
--¡yo a ti te iba a meter en una plaza en bolas y te iba a cortar los huevos a ver si te gusta, cabrón hijo de puta¡
Fer agarra del brazo a su chico.
--David, esta no es la manera –dice asustado.
Sebastián habla tranquilamente con la prensa ignorando las palabras de David.
--ay gente que aprovecha cualquier excusa para mostrar su violencia. El motivo da igual, la cuestión es atacar.
David está furioso. Fer lo conoce y sabe que va a hacer algo.
--No lo hagas, no te metas en líos –le dice.
Pero David no está dispuesto a quedarse con esa rabia dentro de él.
--dejame, Fer, éste se va a enterar.
David agarra un cubo con sangre con la que se han pintado y les ha sobrado. Se pone nuevamente frente al torero y dice:
--¿¿tú quieres arte?
Y le tira el cubo encima. Fer se tapa los ojos. David, mientras llena de sangre al torero, grita:
--¡pues toma arte¡
El torero mira a David con un odio atroz. No dice nada y se va. Esa mirada ha penetrado a David, lo ha dejado muy inquieto.



Por otro lado, Rachid sale desnudo de la cama de su maduro amante. Agarra su ropa.
--¿porqué siempre tan triste después que lo hemos hecho?
El hombre queda desnudo en la cama. No dice nada. Rachid se le acerca.
--Emilio, ¿porqué no me cuentas lo que te pasa?
El hombre sonríe con amargura, esconde una gran pena.
--yo soy un hombre hecho y derecho y no le voy a contar mis cosas a un niño.
Rachid, ofendido, se agarra los genitales y dice.
--¡cuando esta te da placer no dices lo mismo¡
--No seas vulgar y vete, a ver si te vas a encontrar con mi hija.
Mientras se abrocha los pantalones, Rachid dice:
--si me pusieras un pisito nos podríamos ver sin correr riesgos.
Emilio se muestra enfadado.
--¡no te pienso dar dinero por acostarte conmigo¡¿o es cierto eso que estás conmigo sólo por lo que me puedas sacar?
--¡¡claro que no¡¡yo me acuesto contigo porque me gusta¡
A Rachid le molesta que Emilio lo trate como un simple objeto sexual.
--¡vete, ya te llamaré cuando te vuelva a necesitar¡
Rachid se va enfadado. En la puerta se encuentra con el feo hijo de Emilio. El hombre mira la cremallera bajada del chico y le pone cachondo pensar que se acaba de acostar con su padre. Rachid está enfadado y paga su mal humor con el tipo. Le habla con burla.
--¿otra vez espiando, Emilito?
Rachid sabe que así lo llama el padre y es algo que odia.
--¡pasaba por casualidad¡ --dice Emilio hijo sofocado.
Rachid se da cuenta del gran bulto que se le ve en los pantalones a Emilio y que muestra su excitación. Con desprecio le dice.
--¡Eres más pervertido de lo que pareces¡¡con esa cara ya entiendo que nadie se quiera acostar contigo pero paga a alguien para que te haga el favor¡
Emilio se siente solo y frustrado. Le duele que ese chico tan joven y guapo se acueste con su padre y él mientras sigue solo.
--¡A mi me da asco la gente como tú que vende su cuerpo¡
Rachid le da un empujón a Emilio:
--¿¡a ti qué te pasa, imbécil? ¡¡yo no me vendo¡
Rachid le habla a Emilio con desprecio.
--tu padre no es feo como tú, él no necesita pagar como tú. Cualquiera se acuesta con tu padre por gusto, contigo daría asco aunque pagaras una fortuna.
A Emilio le duele ser humillado por un chico que le gusta. Rachid sigue hablando para lastimar a Emilio:
--me han dicho que te la pasas en la biblioteca y que nadie puede ir a mear tranquilo porque vas detrás de cualquiera ¡¡Eres un mirón¡ ¡¡Das asco¡
--¡eso es mentira¡ --se defiende Emilio.
Aunque lo único que no es verdad es que cualquiera no le vale que tiene que ser guapo y más joven que él. Rachid se le ríe. Emilio está despechado porque le gusta ese chico que se burla de él, quiere herirlo.
--¿¡Cuánto te paga mi padre por acostarte con él?¿con cuántos viejos te acuestas en un día?
Rachid le da un puñetazo:
--¡tu padre está muy bueno y me encanta joder con él, en cambio tú das asco, no jodería contigo ni a cambio de todo el dinero de tu padre¡
Rachid se va furioso. A Emilio se le van los ojos tras el trasero de Rachid. Se agarra la mandíbula porque le ha hecho daño.

Ajeno a la discusión, Emilio padre se levanta de la cama totalmente desnudo. Busca en su mesita de noche. Es una foto muy vieja. Se ve a él abrazado a un chico muy guapo. Impresionan sus ojos azules.
--Nada volvió a ser como cuando estabas tú –dice lloroso acariciando la foto.

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