miércoles, 26 de enero de 2011

capitulo 37


David y Sebastián se abrazan con mucho cariño.
--pero ¿estás seguro de lo que quieres hacer? No quiero que luego te arrepientas.
Para David es un sueño que su amado se aleje del peligro que supone el mundo del toreo pero no quiere que esa decisión le haga infeliz. Sebastián se muestra siempre sonriente.
--Quiero gritar al mundo que te amo, no quiero que nos tengamos que esconder más.
Se besan y se acarician, están contentos.
--pero ¿a qué nos vamos a dedicar? --David.
--es el momento de instalarse en la finca que compré, llevaré una vida tranquilo de ganadero. Espero que a tu lado.
Aunque no le hace mucha gracia vivir cerca de los toros, David lo tiene claro:
--¡sí¡
Sebastián lo besa y dice:
--Me retiraré después de la temporada en México, ya están vendidas las localidades y sería difícil que ahora yo salga con esto. No puedo hacerlo.
--No claro, tranquilo. Tómate el tiempo que quieras, yo estaré a tu lado como siempre.
David está feliz de que su novio no vaya a poner en peligro su vida nunca más.
--¿seguro que quieres venir tan lejos? Si quieres quedarte con tu hermana lo entenderé.
David pone su mano en la mejilla de su amado y le sonríe.
--No concibo la vida sin ti. Claro que vengo.
Se miran y se tratan con un gran amor.

Días después... David y Sebastián salen de su apartamento en Sevilla con su equipaje. Se disponen a ir al aeropuerto. Se miran enamorados. Van tomados de la mano. Sienten como si fueran de luna de miel. David no puede creer que esa sea la última vez que tiene que sufrir porque su amado sea torero, que después de ese viaje están siempre juntos y felices sin nada que les preocupe.


En ese mismo instante, en Barcelona, Emilio padre maneja su auto deprisa. Se la pasa yendo de su casa (para estar con Marc que ha ocupado su despacho) a la clínica para acompañar a su hija que se la pasa junto a su pequeña María. Aunque Emilia ya tiene el alta, se resiste a irse sin su hija y apenas pisa la calle. Emilio va deprisa, le suena el móvil. Tiene el manos libres. Es Rachid.
--¿¿qué quieres?
Emilio ha sacado al chico de su vida y eso es algo que Rachid no lleva nada bien.
--El otro día te vi con el viejo ese al que mandaste seguir ¿ya te acuestas con él? ¿por eso no quieres saber de mi? --le reprocha muy enfadado.
Emilio sonríe pícaro. Nada la gustaría más que acostarse con Marc. Rachid ha sido una buena diversión pero no está interesado en volver a verlo. Se muestra frío.
--Eso no es tu asunto.
Eso es una confirmación para Rachid y el chico eso no lo soporta. No piensa dejar las cosas así.
--¿y sabe tu amante que lo mandaste investigar?
El tono de voz del chico suena amenazante y a Emilio le preocupa. No sabe como se lo tomaría Marc y más se empieza a investigar, si descubre todo lo que hizo para estar cerca de él. Emilio se pone nervioso, se salta un stop. Se choca de lleno contra un autobús. El choque es brutal.


David y Emilio están en la terminal del aeropuerto esperando su vuelo. Están haciendo pis juntos y solos el uno al lado del otro. Sebastián lo mira de reojo. David sonríe divertido.
--¿qué haces? Si me la conoces de sobras --dice con cariño.
Sebastián le guiña el ojo muy sensual:
--pero es que me encanta.
Se miran pícaros. David responde a ese guiño con otro guiño. Aprovechan que no hay nadie más en el lavabo para besarse con mucho amor mientras con una mano se agarran la verga y con la otra se acarician. Están felices de compartir todos los momentos de su vida. Le suena el móvil a David interrumpiendo el amor. David pone cara de fastidio:
--qué inoportuno.
Sebastián le sonríe mientras él le saca el móvil del bolsillo trasero mientras le da una palmada en el culo.
--Eso te pasa por no haberlo apagado todavía.
--¿y si le pasó algo a María? –dice algo preocupado.
David quería esperar al máximo para apagarlo, por si acaso. David se guarda la verga, Sebastián ya ha descolgado el móvil y se lo pega al oído a su chico. A David le asusta el tono de voz de su hermano.
--¿¿qué pasó?
David está seguro que hay malas noticias con su sobrina. Su rostro empalidece. Sebastián se preocupa.
--¿¿qué pasa, cariño? –le pregunta Sebastián dulcemente.
El rostro de David se llena de lágrimas.
--Ahora mismo salgo para allá.
Sebastián abraza cálidamente a su novio mientras le guarda el móvil.
--¿qué le pasó a María?
David está temblando. Nunca esperó una noticia como esa.
--Es mi papá.
El chico está muy nervioso, casi no le salen las palabras. Sebastián ya se teme lo peor.
--Ha sufrido un accidente… Está muy mal.
David siente como una puñalada en las entrañas cuando dice:
--se puede morir.
David llora angustiado en brazos de su amado.
--Yo voy contigo. No te voy a dejar ir así.
Ninguno de los dos se ha sufrido la cremallera aún. Se acarician con cariño. Entra un hombre que los mira fatal. Salen los dos abrazados. Sebastián se sube la cremallera y se la sube a David. No le importa lo que puedan decir a su alrededor ya que la gente, aunque presume de tolerancia, se sigue sorprendiendo ante los gestos de cariño entre dos hombres. David está un poco más tranquilo.
--yo necesito estar con mi familia pero tú no puedes suspender tus corridas ¡Te están esperando, vas a quedar muy mal¡
--Voy a retirarme, no importa que sea ahora o después.
--Quiero que te cortes la coleta por la puerta grande, no por la puerta de atrás.
David lo besa en la mejilla:
--Ellos pueden ser nuestros futuros clientes. No debes quedar mal con el gremio.
--¿nuestros? –Sebastián sorprendido.
--sí, he pensando que tu finca será una buena inversión para el dinero que me dejó mi mamá y que lleva toda mi vida en el banco sin que sirva para nada.
Nunca habían hablado de eso y es algo que sorprende a Sebastián:
--¿quieres invertir en toros?
--Quiero que sea nuestro negocio, nuestro proyecto de vida.
Se abrazan. No se besan pero unen sus frentes con cariño. Son muy dulces.
--Vete tranquilo y haz tu mejor faena. Yo te espero en Barcelona.
--¿seguro?
--sí, vete y disfruta.
A David le gustaría estar con su amado en estos duros momentos pero quiere que disfrute por última vez de lo que tanto ama. Se van los dos juntos para conseguir un vuelo a David para Barcelona. Se besan entre lágrimas ante la puerta de embarque. David se va muy triste. Hace tiempo que no se separa de su amado y está angustiado por su padre. Sebastián se queda abatido pero se prepara para su vuelo.








Horas después, Sebastián llega a México. Lo primero que hace es llamar a David. Aunque tiene una larga recuperación por delante, la vida de Emilio no corre peligro.
--esperaré unos días para ver como evoluciona, para asegurarme que está bien y me vengo contigo.
--Aquí te espero.
Los novios están deseando estar juntos de nuevo pese a que recién se han separado.
--te amo –le dice Sebastián.
--Te amo.
David está en el hospital y Sebastián quiere descansar. Se dan las buenas noches, se mandan muchos besos, se dedican varios cuelga tú no tú.

El torero suspira enamorado. Se desnuda, Se da una buena ducha. Llaman a la puerta, servicio de habitaciones. Se pone el albornoz. En realidad es Marisol. Él no la quiere dejar pasar pero ella le pisa su desnudo pie con los tacones. Él grita, se queja.
--¿¿qué quieres, loca?¡
Ella cierra la puerta y se saca el abrigo. Está totalmente desnuda.
--¡hazme el amor o le gritaré al mundo que eres gay¡
Sebastián le devuelve el abrigo a la chica. Se muestra amistoso.
--aunque quisiera no podría, amo a David y no puedo estar con otra persona.
Marisol se siente estafada por los meses que ha estado de novia con el torero. Le reclama, grita. El torero no quiere ser grosero pero ya está cansado de reclamos.
--Amo a David, soy gay. Si lo entiendes bien y sino también.
Saca a la mujer de la habitación a la fuerza. Ella se queda furiosa.

Y llega el día de la primera corrida en México. Sebastián está triunfando, la plaza se rinde a sus pies. Desde del palco, Marisol grita:
--¡Sebastián es maricón¡
Esto provoca una distracción en el torero que recibe una brutal cogida. La cornada es grave. Necesita transfusión de sangre que pese al riesgo se le realiza ahí mismo. El torero pierde el conocimiento. Marisol se presenta como la esposa y se queda a su lado. Los doctores le informan que es casi imposible que se salve. Aunque se finge afligida, se alegra. Si no es para ella no será para nadie.

En Barcelona es de noche. David y Emilio jr llegan a la casa. David está tratando de hablar con Sebastián pero no le contesta la llamada. Al entrar en la sala, Lucas está viendo la tele.
--¿Ese no es tu novio? ¿No era empresario? –pregunta Emilio a David.
David sufre un fuerte impacto al ver la cogida de su amado y como la voz en off dice: “El torero Sebastián Canales ha fallecido en México víctima de una cornada”,
David sufre una fuerte crisis. Grita como loco, empieza a tirar cosas. Lucas no pregunta pero se da cuenta de lo que pasa y ayuda a Emilio que está tratando de calmar a su hermano.


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