jueves, 20 de enero de 2011

Capitulo 9





David y Sebastián se están afeitando juntos. Estas horas que han pasado juntos los ha unido mucho. Se miran, se tratan con mucho cariño.
--hay algo que te quería decir de hace rato --David algo nervioso.
Sebastián se sigue afeitando. Los dos tienen la cara llena de espuma. El torero no le dice nada, espera a que David hable. El chico está algo preocupado.
--pero es que no sé cómo te lo vas a tomar.
Sebastián le agarra la mano. Es muy dulce.
--recién nos estamos conociendo pero si me quieres contar algo hazlo con toda confianza.
--tengo novio.
Se hace un silencio. A Sebastián le duele porque le gusta mucho David y tiene miedo que esté jugando con él pero no pierde la sonrisa.
--¿¿qué pasa? ¿no te importa? –se queja David a quien le duele la aparente frialdad de su amante.
--si no te molesta a ti.
--¡pues me siento una basura, nunca lo había engañado, hasta ahora no había estado con otro¡ --David alterado.
Sebastián se muestra amoroso con David:
--yo no te puedo decir nada, es cosa tuya.
--¿¡es que te da igual que me acueste con otro?¡ --molesto.
--Yo tengo novia y no la voy a dejar. No me interesa que se hagan murmuraciones sobre mi sexualidad.
--¿eso quiere decir que te da igual que yo lleve una doble vida?
David está dolido porque no está seguro de lo que Sebastián quiere de él. El torero es muy amoroso con David.
--todo ha pasado muy rápido. Yo no te estoy ofreciendo nada. No sería justo para ti que yo me metiera en tu vida, que te exigiera cosas.
--Eso quiere decir que yo me acuesto con Fer, luego contigo y tú encantado ¿no? ¡¡muy bien¡
David habla con sarcasmo, está molesto. Se limpia la cara con la toalla. Va hacia la puerta. Sebastián lo abraza por la espalda. Es muy cariñoso y David se estremece.. Sebastián lo besa detrás de las orejas.
--desde que nos conocemos hasta ahora nos hemos dejado llevar sin preocuparnos de nada más, sin pensar en nada ¿porqué no seguir haciéndolo?
David se gira.
--vivir el momento dices.
--No sé si podamos estar mucho tiempo juntos, aprovechemos.
La sonrisa de Sebastián derrite a David. Se funde en sus brazos.
--es un sueño para mi, no te imaginas todo lo que te deseé mirando tus fotos –David tierno.
Sebastián sonríe satisfecho mientras se van uniendo una vez más en un solo cuerpo.


*con la colaboración especial de Gésio Amadeu (el esposo de Marc)


Así que mientras David disfruta del cuerpo del torero, el padre de David da un paseo en solitario por los lugares que le recuerdan a su amor. Son las 19, 20. Emilio entra en una plaza en la que él y Marc a menudo iban a pasear a sus sendos perros. Emilio se queda helado. Tiene delante de él a Marc, envejecido y bastante gordo, pero sus ojos azules son inconfundibles. Han pasado 30 años pero no en el interior de Emilio que aún pensaba en ese Marc de 20 años que abandonó. Ahora lo tiene delante y el paso del tiempo es evidente. Emilio no sabe qué sentir. Aunque no tiene el cuerpo espectacular de Emilio, aunque está gordo, Marc sigue siendo un hombre atractivo. Si no lo ve no lo cree. Si algunos de los detectives a los que ha ido contratando le llevan esa imagen de su antiguo amor no lo hubiera creído. Marc lleva una camiseta grande que cubre su enorme barriga. Emilio, aunque canoso, sí conserva todo su atractivo y su pelo. No así Marc que lleva el cabello de atrás hacia delante tapando las entradas. Va de la mano de un tipo. Más gordo aún, calvo y sin nada de atractivo. Emilio pasa por su lado. Marc ha cambiado mucho pero su voz, su sonrisa es inconfundible. Marc saluda a Emilio muy amable. Pero pasa de largo. Marc ríe de la expresión de sorpresa de Emilio. Se nota que le sorprende su físico y también que esté acompañado. Marc se ve un hombre feliz y eso entristece a Emilio, que aunque no ha cambiado mucho, está solo y frustrado. Para Marc el pasado parece estar muerto y trata a Emilio como si nunca hubieran dejado de verse. Emilio se queda algo aturdido. No esperaba ver a su Marc convertido en ese hombre de 50 años. No tiene un buen cuerpo pero sí es guapo. A Emilio le ha gustado volver a verlo y aunque para Marc no haya sido igual, le gusta que lo haya tratado con amabilidad pero Emilio siente que para Marc él no es una asignatura pendiente como Marc lo es para Emilio.

Emilio llega a su casa suspirando por Marc. Agarra el álbum de fotos, repasa tantas momentos de amor compartido con ese chico que ahora es un hombre de 50 años feliz con otro. Aunque sabe que es él, a Emilio le cuesta aceptar que el chico de las fotos es el hombre con el que se acaba de encontrar. Mira una foto que tiene Marc en la playa luciendo todo su atractivo. Suspira:
--la humanidad ha perdido un macizo y ha ganado un gordo pero sigues siendo guapo, sigues siendo mi Marc.
No se conforma con haberlo visto una vez. No se ha pasado la mayor parte de su vida pensando en ese hombre para ahora que lo ha encontrado volver a perderlo. No entiende porque si sigue en la ciudad ninguno de los detectives a los que ha contratado ha dado con él.


Por otro lado, David acompaña a Sebastián hasta su taxi. Aunque apenas han pasado dos días juntos, sienten que se pertenece el uno al otro. Les duele tener que separarse.
--gracias por estas maravillosas horas que me has regalado –Sebastián.
--No, gracias a ti –susurra David entre lágrimas.
Lo abraza David que es el que se muestra más débil. Unen sus frentes. Sebastián no quiere que sean muy apasionados.
--Nos volveremos a ver y en cuanto llegue a Sevilla me comunico contigo.
--te esperaré.
David se lo queda mirando. A ambos les duele separarse y sienten un enorme vacío al estar el uno sin el otro. Pese a que recién se conocen ya se ha acostumbrado el uno al otro.

David llega a su habitación. Le parece que ha pasado tanto tiempo. Mira la puerta del armario, sonríe al ver la foto de Sebastián, esos genitales que ha saboreado tanto. Se le hace todo tan extraño. Se sofoca pensando en el torero. Se saca la camisa y se tumba en la cama. Quiere saborear todo los recuerdos que tiene de su amado. No ha querido conectar el móvil en todo el fin de semana para apartar al mundo de lo que en ese momento era lo único, ahora lo conecta porque espera que Sebastián le mande alguna de las fotos que se han hecho con su móvil. De quien tiene muchos mensajes es de Fer. El chico ha estado con fiebre y no entiende porque su novio ni le contesta a los mensajes. David ha sido muy feliz en brazos del torero, ha vivido un sueño pero ahora tiene que volver a la realidad. Mirando uno de los mensajes de Fer, se pregunta:
--¿qué voy a hacer contigo?
Fer ha sido su único novio, llevan mucho tiempo juntos y no sabe cómo enfrentar lo que le está pasando. No quiere hacerle daño.

Sebastián está en el aeropuerto esperando el avión que lo llevará a Sevilla. Mira su móvil. Repasa todas las fotos que se ha hecho con David. Piensa en como lo conoció, en como lo odió y ahora en cambio se ha sentido tan feliz.
--quien me lo hubiera dicho –dice divertido.
Cumple su palabra y empieza a mandarle las fotos a David con sms tipo: “te hecho de menos”, “nos veremos pronto.” Cada mensaje revoluciona a David. Siente un fuego que lo consume por dentro, suspira pensando en su torero. Necesita escuchar su voz. Lo llama. Sebastián es muy dulce con él. Su voz es un bálsamo para David, A los dos les gusta mucho escucharse de nuevo. Hablan largamente mientras llega el avión.

Al día siguiente, David va a clase. Los lunes siempre le son duros y más ese. Echa de menos a Sebastián y las maravillosas horas que han pasado juntos. Además teme el encuentro con Fer. Se lo imagina muy enfadado y haciéndole muchos reclamos. Ha tratado de ensayar en su cabeza una y otra vez lo que le va a decir pero en cambio Fer lo espera con una sonrisa en los labios y una flor que ha encontrado en el camino. Se muestra enamorado al entregarle la flor a David.
--¿y esto? –David sorprendido.
--es para que me perdones.
David se queda de piedra. Esperaba reclamos, no eso.
--¿qué te tengo que perdonar?
--pues eso, te fastidié el fin de semana. Lo siento mucho.
David se siente fatal por el hecho que su novio cree que el distancimiento de David es por culpa de Fer, por haberlo dejado solo el fin de semana. David no le quiere mentir, no quiere jugar con él pero no le puede decir la verdad. Lo abraza con fuerza.
--todo está bien, no pasa nada.
Fer se queda feliz, besa a su novio. David se da cuenta que después de haber besado a su torero que los beso de Fer no le saben a nada, que no le gustan todo lo contrario.




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