jueves, 13 de enero de 2011

Capitulo 4







David mira su poster de Sebastián con tristeza. En parte se siente culpable.
--a lo mejor lo que yo le dije le influyó.
Se muestra alterado. Le habla al poster.
--¡Es tu culpa, quien juega con fuego pues le pasan estas cosas¡
Se le hace extraño pensar que mientras él se masturbaba pensando en el torero, éste sufría la cornada de un toro, que mientras David gozaba pajeándose, Sebastián lo pasa mal pero el chico no lo puede evitar. Le gusta tocarse mientras mira las fotos de los genitales del torero. Está fascinado por Sebastián. Mira a su poster sofocado.
--¡esto es de locos¡ ¡¡él es un asesino¡ ¡¡la única vez que lo vi fue por una bronca y tengo novio¡¡no me puedo comportar como un adolescente¡
Fer le pone un nuevo mensaje. David se siente nervioso por la cornada del torero que le gusta, quiere saber exactamente que le ha ocurrido al torero. Con fastidio, David agarra su móvil. Lee el nuevo mensaje de Fer: “como te pasas, tío.” David está ya alterado, escribe el mensaje deprisa, quiere quedarse a solas con el torero, con las sensaciones que le despierta y siente a Fer como un intruso. “ya sabes el asco que me dan los toreros y se me acaba el saldo, no te podré contestar”. Deja el móvil y entonces va hacia el ordenador. Quiere buscar información sobre el estado de salud del torero. Le preocupa y a la vez se reclama así mismo.
--¡tortura a los animales y disfruta con ello¡ ¿¿qué hago yo preocupándose por ese asesino?¡
Pero le preocupa. Tiene ganas de saber de él pero a la vez le da miedo.
--¿y si es grave?¿y si dicen que es mi culpa?
Mientras se acaba de decidir, mira todas las fotos que se guardó de él en su ordenador. Le da pena pensar que mientras está gozando viendo los genitales del torero, éste lo está pasando mal, que su vida pueda que corra peligro.
--espero que no sea nada.
Quiere entrar en la web del torero, dejar un mensaje de apoyo. Él mismo se quiere negar ese derecho.
--¿¿qué va a decir la gente si se entera?¡¿qué van a pensar de mí?
Con lo que odia el maltrato a los toros, David no entiende porque ese torero le despierta esos sentimientos. Decide dejar un mensaje al torero dándole ánimos y deseándole una pronta recuperación. Lo hace bajo el nombre de Jose.
--¡total quien se va a dar cuenta que soy yo¡


Todos duermen ya en la mansión, Emilio padre está soñando. Sueña que está paseando justo por la casa en la que vivía su amor de juventud 30 años atrás. Escucha el nombre de su amor: Marc. Es una mujer que lo está llamando. Ella está fuera del edificio y se dirige a alguien que está dentro. Emilio entonces acelera el paso seguro que saldrá él. Sale Marc, con la juventud de antaño. Esos ojos azulísimos que tan enamorado tenían a Emilio se le clavan en el alma. Marc está en medio de otra gente y Emilio cree que Marc no lo está viendo y que no lo va a saludar pero Marc saluda a Emilio, muy dulce le dice:
--adiós, Emilio.
El hombre despierta suspirando, con una sensación agridulce.
--¡es tan guapo y tan simpático¡
El hombre se levanta sofocado. Está totalmente desnudo. Se acerca a una ventana.
--¿dónde te has metido, amor?
Luego va a su mesita y junto a sus fotos de juventud hay informes de varios detectives y ninguno le ha sabido dar razón de él.

Quién también está soñando es Emilio hijo. Pasa toda la noche con sueños eróticos frustrados. Se ve así mismo buscando hombres para hacerles sexo oral y ninguno le deja y eso muchas veces. Se levanta más frustrado que nunca.
--¡mierda es que ni en sueños se me da¡¡que rabia¡
Se prepara para ducharse. Se mira al espejo con amargura.
--¡claro con esta cara quién va a querer algo conmigo y menos gratis¡
Su soledad lo ha secado por dentro:
--si yo tuviera la planta de papá o Davicito tendría todo el sexo del mundo.
No entiende cómo él pudo salir tan feo y los gemelos tan guapos.
--Sí, mi mamá era bien fea pero ¿¡será que le tomó el pelo a mi papá y yo no soy hijo de él?
Esa sería la única explicación que él ve. Se da una ducha rápida. No desayuna, no quiere ver a nadie. Lo que más quiere es ir a la biblioteca a ver si encuentra a un guapo con el que deleitarse ni que sea de lejos. Si lo encuentra en el lavabo mejor y si pasa algo… ¡ya sería un milagro¡

(Jorge Guerra como Jorge)

Emilia, a media mañana, se encuentra en el vestíbulo del instituto. Se acerca a ella un joven impresionante, todo un monumento. Es el chico más guapo del instituto.
--¿tienes un minuto, Emi?
El chico es todo sensualidad y ella se derrite.
--para ti lo que quieras, Jorge.
--es que unos amigos me han dejado una cabaña muy bonita y como vienen cuatro días de fiesta pues he pensando que te podrías venir conmigo.
Jorge es un chico muy deseado y para Emilia es todo un honor que se haya fijado en ella. Es muy guapo pero sólo tiene un problema: tiene novia desde hace tiempo.
--es que mi novia me ha dejado y estoy triste.
Él pone cara de pena y ella está a sus pies.
--No entiendo cómo la loca de tu novia te ha ido a dejar.
Él se hace el pobrecito ante ella pero no ve el gesto de victoria que le hace a sus amigos.
--Me vendría muy bien que vinieras.
--¡claro que vengo¡
Ella lo abraza y él levanta el pulgar con cara de depravado mirando a sus amigos.

Mientras, el padre de la chica baja a la cocina. Ahí lo espera Rachid. Se ha rapado la cabeza aunque no al cero y está sin afeitar. Eso lo hace aún más seductor. El chico está apoyado en la encimera, el trasero se le ve aplastado porque los pantalones son anchos pero tiene el culo en pompa. Es pequeñito pero así con las piernas inclinadas se le ve sexy. El hombre se le acerca sin hacer ruido, ese culito le pone muy caliente y justo cuando está detrás de él le da con toda la mano en las nalgas. Rachid se gira sonriendo. Se besan ardientemente. Emilio se lo lleva a su dormitorio, a su cama.




En la tarde, mientras hace los deberes, David escucha la radio por su ordenador. Suena la canción “el hombre de mis sueños” y mientras la escucha no puede evitar pensar en Sebastián. Se levanta y mirando el poster susurra:
--espero que pronto te recuperes.
http://www.youtube.com/watch?v=eWucfdtIITE

Días después… Emilia y Jorge llegan juntos al instituto abrazados. En seguida los amigos de Jorge se acercan a felicitarlo y le dan el dinero que apostaron de si sería o no capaz de acostarse con Emilia en menos de una semana. Llevan todos los amigos de Jorge una camiseta con una foto de ellos dos en situación muy íntima que Jorge se ha encargado de hacer circular.
--¡sabíamos que eras una puta¡ --le dicen.
Él sonríe galantemente. Jorge sonriendo victorioso le dice a la chica:
--no es nada personal, pero oye me llevo unos cuantos polvos y el dinero. No me podía negar.
Emilia está muy herida. Lo bofetea.
--¡Eres un cerdo¡
--No te lo tomes así –dice burlón—que te lo he hecho pasar muy bien.

Todos los amigos de Jorge se ríen de ella. La chica, muy molesta, dice:
--¡pues sí soy muy puta y fuiste tú como podía haber sido cualquiera¡
--esto lo dices por despecho, te mueres por mí –dice Jorge con orgullo.
--¡me puedo acostar con el primero que aparezca¡¡
--pues ya puedes empezar –ríe Jorge señalando muy gordo y feo que viene por el pasillo.
Aunque le da asco, Emilia besa al sorprendido chico y se lo lleva al lavabo. Allí fornican. El feo no da crédito a su suerte y no protesta. Tras la puerta del wáter, los amigos de Jorge escuchan los jadeos del gordito que no dejan lugar a dudas.
--mira por quien te ha sustituido la zorra –le dicen a Jorge riendo.
--¡iros a la mierda¡ ¡a mi esa puta me da igual, yo ya me la he tirado¡
Jorge estaba en el lavabo porque estaba seguro que la chica no haría nada. Se va ofendido. Mientras fornica con el feo, Emilia oye las palabras del que ha sido su amante los últimos días y le duele. El gordito sale del lavabo subiéndose la cremallera y con una cara de satisfecho que no puede con ella. Todos miran a Emilia con cara de depravados, le dicen groserías, la tocan. Ella sale corriendo llorosa, se encierra en el lavabo de chicas y se hace un juramento:
--¡nunca un chico se burlará de mi¡¡¡esta es la última que me hace un chico¡

Lejos de ahí, Sebastián, totalmente recuperado, vuelve a los ruedos. David se entera de la noticia esa misma tarde.
--¡y yo que me alegro¡
Aunque sólo han pasado seis días desde la cornada a la vuelta del torero, para David el tiempo ha ido pasando muy lentamente. Cada día entraba en la web del torero esperando la buena noticia. Ahora que sabe que está bien, David se masturba ante las fotos del torero más tranquilo. Mientras, Fer sufre. Nota distante a su chico y sospecha que hay otro. No imagina lo que realmente ocurre.

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